En todas las regiones del mundo, los trabajadores y las trabajadoras se enfrentan a nutridos y, a menudo, brutales ataques a sus derechos. La desigualdad y el desempleo han llegado a niveles nunca antes alcanzados, ya que los gobiernos continúan siguiendo, cueste lo que cueste, la política fallida y destructiva de la austeridad, al tiempo que continúan las arremetidas contra la negociación colectiva. El futuro de toda una generación de jóvenes corre actualmente un gran riesgo.