Tras el Consejo de Europa el mes pasado, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha considerado que las medidas adoptadas por Grecia e impuestas por la Troika -Comisión Europea (CE), Banco Central Europeo (BCE) y Fondo Monetario Internacional (FMI)- erosionan los derechos más fundamentales de los trabajadores, socavan seriamente la posición de los sindicatos y podrían poner en peligro la cohesión social y la paz, transformando radicalmente el sistema de relaciones industriales establecido en Grecia.