Asistieron al taller más de 90 participantes procedentes de Nyamena y de las 23 provincias del país, representando a los sindicatos, al Gobierno, a la Asamblea Nacional (incluidos miembros de la mayoría y la oposición), el sector privado, los medios de comunicación, la sociedad civil (jóvenes, mujeres, académicos...) y otros representantes de los organismos de las Naciones Unidas. También participaron los coordinadores de los programas nacionales relacionados con los ODS (por ejemplo, la coordinación de la cobertura sanitaria universal). La representante de los sindicatos fue Demba Karyom, de la Union des Syndicats du Tchad.

Durante su intervención, Demba subrayó la importancia de que el plan nacional de desarrollo tenga en cuenta en las metas de los ODS en las que se centran los sindicatos (1-pobreza, 5-género, 8-trabajo decente y crecimiento económico, 10-reducción de las desigualdades, 13-acción climática y 16-paz, justicia e instituciones fuertes). También hizo hincapié en la necesidad de incluir a los sindicatos en las estructuras regionales de coordinación de los ODS y de involucrar más a los sindicatos en el proceso de revisión de los planes de desarrollo a escala regional y local, para tener mejor en cuenta los objetivos identificados por los trabajadores.

Finalmente, Demba destacó la importancia de mitigar los riesgos de una privatización de los ODS, derivados de la utilización de los mecanismos de financiación mixtos. También incidió en la necesidad de hacer especial hincapié en las campañas que propicien que las partes interesadas se apropien de los ODS y comprendan el interés y el impacto que tienen en su vida cotidiana.
"Para mí, los ODS constituyen el medio fundamental de implementar una protección social en pro del desarrollo sostenible", concluyó Demba.

La realidad social del Chad, en síntesis

El trabajo decente en el Chad sigue constituyendo un desafío cuyos principales obstáculos radican en la estabilidad de los ingresos, la precariedad y la sostenibilidad de los empleos, para mejorar las condiciones de vida y de trabajo.

Las políticas públicas de seguridad y protección social no están adaptadas al mundo laboral actual. Las personas más afectadas (mujeres y jóvenes) acometen enormes esfuerzos para satisfacer sus necesidades de vivienda, alimentación, educación y salud.

Durante los últimos seis meses, los trabajadores han mantenido un pulso con el Gobierno, que promete generar desarrollo solo a través de las medidas de austeridad infligidas a los trabajadores. Parece convencido de que se puede resolver una crisis económica sólo con una reducción de los salarios.

Las centrales sindicales han convocado un paro en todo el país que pararalizó el acceso a los servicios públicos. Los sindicatos mantienen esta presión para instar al Gobierno a entablar un diálogo franco y responsable, y para mostrar su indignación por las medidas de austeridad. Los trabajadores son claros: se niegan a pagar la mala gestión del Estado.

"Para un país como el Chad, sumido bajo la fusta de la deuda y de los programas de ajuste estructural recomendados por las instituciones financieras internacionales, estas medidas de austeridad deberían orientarse más hacia la recuperación económica en sectores clave que hacia la reducción de los salarios de los funcionarios públicos. Esto agrava la pobreza y tiene graves consecuencias para la salud y la educación de nuestro pueblo", dijo Demba antes de concluir: "De hecho, trabajar en Chad significa sobrevivir contra viento y marea, enfrentarse día a día a una vivienda, una nutrición y unas condiciones de salud deficientes y, sobre todo, a un salario miserable, que socava gravemente nuestros derechos más básicos".