La transición justa debe tener en cuenta a los trabajadores y exigir a las empresas que rindan cuentas

La secretaria general de la CSI, Sharan Burrow, ha solicitado a los gobiernos, así como a la industria y a los inversores, un compromiso serio para cumplir con los planes de transición que dan prioridad a las personas. Este llamamiento se realizó durante su intervención en la sesión “Transición sostenible y justa” celebrada el jueves 28 de abril en el marco del Foro sobre Financiación para el Desarrollo 2022 del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC).

Burrow intervino como panelista junto al ministro de Finanzas de Egipto, Mohamed Maait, el secretario general de la Organización Internacional de Empleadores, Roberto Suárez, el vicepresidente del Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo, Frank Elderson, y el secretario general de la OIT y moderador de la sesión, Guy Ryder.

La intervención de Burrow estuvo centrada en la realidad de la convergencia de crisis simultáneas: “Ya antes de la pandemia nos enfrentábamos a unos niveles de desigualdad muy marcados y a una emergencia climática. La pandemia nos ha mostrado que esas ‘fracturas’ son en realidad ‘cráteres’ en un mundo donde la división entre las personas que están en situación de riesgo y las que gozan de seguridad es extraordinariamente grande”.

Burrow insistió en que dar prioridad a las personas y al planeta en la respuesta a las crisis significa dar prioridad al mundo del trabajo y garantizar que todos los empleos sean respetuosos con el clima. Subrayó que la respuesta a la emergencia climática encabeza el llamamiento de los sindicatos a favor de un Nuevo Contrato Social, cuya primera reivindicación es la creación de empleos decentes, respetuosos con el cima, en el marco de una transición justa.

A este respecto, Burrow recordó a los participantes que el Acuerdo de París es muy claro en cuanto al “imperativo de una transición justa para los trabajadores y las trabajadoras, la creación de trabajo decente y empleos de calidad”. Estos tres puntos son fundamentales para generar la confianza en la seguridad que las personas requieren para respaldar la necesaria transición hacia modelos de trabajo y producción más sostenibles. Para ello es necesario también que todas las industrias se comprometan a llevar a cabo una transición hacia un futuro con cero emisiones netas, así como a fomentar el diálogo social, puesto que “ha demostrado ser una herramienta poderosa en aquellas industrias que están llevando a cabo la transición”.
Frente al riesgo de que la inestabilidad climática podría generar oleadas de hasta mil millones de refugiados por cada incremento porcentual de la temperatura, Burrow recalcó la importancia de invertir en resiliencia, lo que implica invertir en cuidados, infraestructuras sostenibles y protección social.

En cuanto a la capacidad del mundo para financiar una transición sostenible satisfactoria, Burrow pidió que se mejoren los instrumentos existentes para el espacio fiscal, la gestión de la deuda y el aumento de la cooperación al desarrollo.
Estas iniciativas, no obstante, deben estar respaldadas por la transparencia y la responsabilidad de todas las partes interesadas, en particular los gobiernos, las empresas y los inversores.

Para concluir su intervención, Burrow solicitó que no se repitan los daños causados por el nacionalismo de las vacunas durante la lucha contra la Covid-19 e instó a los gobiernos a reforzar el multilateralismo en torno al intercambio de conocimientos y tecnología, o “pondremos en riesgo nuestra propia existencia como seres humanos hasta el punto de enfrentarnos a una crisis existencial”, señaló. “De nosotros depende actuar”.