No hay alternativa a la eliminación de estas armas horribles y a la creación de una paz sostenible basada en la Seguridad Común.
Cuando se celebra el Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares, el próximo 26 de septiembre, en el mundo hay alrededor de 12.705 bombas nucleares listas para ser utilizadas. Más de la mitad de la población mundial vive en países que cuentan con este armamento o que son miembros de alianzas nucleares. Todos vivimos bajo la amenaza de destrucción nuclear.
Con la invasión rusa a Ucrania ha vuelto a surgir el espectro de un desastre nuclear. La vida en este planeta no estará segura hasta que se haya desmantelado la última cabeza nuclear y las armas nucleares hayan sido totalmente eliminadas.
Rayo de esperanza
En 2021 entró en vigor el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN). Durante la primera reunión de los Estados parte en junio de este año, 66 países adoptaron la “Declaración de Viena”, reafirmando su determinación a lograr la completa eliminación de las armas nucleares.
Ante la amenaza inminente de una nueva guerra fría, el movimiento sindical ha intensificado su campaña por la paz. La CSI, la Oficina Internacional de la Paz y el Centro Internacional Olof Palme lanzaron un llamamiento a la acción para situar al mundo en el camino hacia la paz, basándose en el concepto de seguridad común.
La Seguridad Común 2022 establece que “la seguridad internacional debería reposar en un compromiso a la supervivencia conjunta y no en la amenaza de destrucción mutua”. Insta a los líderes mundiales a volver a la vía del desarme y el progreso pacífico, y a cooperar para superar los riesgos contemporáneos de seguridad y las causas de conflicto.
Los sindicatos desempeñan un papel destacado en la construcción de un futuro sin armas nucleares, reclamando y trabajando en pro de la adopción de planes de transición justa para que el dinero invertido en la industria armamentista se traslade hacia actividades económicas pacíficas, liberando así recursos que se destinarían a cubrir necesidades económicas y sociales esenciales.
La eliminación de las armas nucleares representa un importante paso en la trayectoria hacia el establecimiento de un nuevo contrato social para lograr un mundo más justo, seguro y con un futuro prometedor.