La CSI se congratula de la entrada en vigor del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN)

La Confederación Sindical Internacional (CSI) ha acogido con satisfacción la 50ª ratificación del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN), permitiendo su entrada en vigor con lo que el desarme nuclear vuelve a situarse en el programa de seguridad a escala mundial.

El TPAN es el primer tratado legalmente vinculante que prohíbe por completo las armas nucleares, con el objetivo de su total eliminación. Esta ratificación supone su entrada en vigor oficial a partir del 22 de enero de 2021, aunque siguen haciendo falta más ratificaciones para que tenga un impacto real.

En palabras de Sharan Burrow, secretaria general de la CSI: “Los Gobiernos no deben engañarse pensando que las armas nucleares protegen a sus ciudadanos. Por su naturaleza misma representan una amenaza directa a la seguridad de la población, además de suponer una amenaza indirecta a causa del dinero que cuestan. Está clarísimo que el impacto social y económico de perpetuar el armamento nuclear está costando vidas.

“La COVID-19 ha expuesto los fallos a la hora de brindar seguridad real a la población, debido a la falta de inversión en protección social, garantías de ingresos, cuidados, sanidad y una transición justa hacia un mundo seguro respecto al clima. Esto podría empezar a corregirse si los Estados que poseen arsenal nuclear aboliesen su armamento y utilizasen el dinero que se ahorrarían invirtiendo en políticas social y económicamente significativas.

Los nueve Estados con arsenal nuclear poseen 13.400 cabezas nucleares, cuyo mantenimiento costó 72.900 millones de USD tan solo en 2019 (lo que representa un incremento del 10% respecto a 2018). Estudios realizados por la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN por sus siglas en inglés) muestran que el gasto que destina cada país en armamento nuclear habría podido costear al menos 100.000 camas en cuidados intensivos, o decenas de miles de salarios de personal sanitario. Tan solo Estados Unidos tiene más cabezas nucleares que hospitales.

Sharan Burrow añadió: “Existen preocupantes señales de una nueva carrera de armamento nuclear que no podemos tolerar ni permitirnos. El mundo ha de volver a comprometerse con el desarme nuclear ahora, a través del TPAN. Esta ratificación es un signo importante y optimista en estos tiempos de crisis mundiales.

“Todos los implicados en el desarrollo de armas nucleares, desde los Gobiernos a la industria armamentista o la investigación, deben apoyar el TPAN y adoptar planes de transición a través del diálogo con los sindicatos de trabajadores. Tenemos que invertir en el futuro y deshacernos de los demonios del pasado. Tenemos que transferir el dinero de la guerra a la paz. Ya es hora de dejar de invertir y promover el desarme nuclear. Es hora de establecer un nuevo contrato social para la recuperación y la resiliencia, y sin armas nucleares”.

A pesar del avance que representa el TPAN, el marco global para el control del armamento nuclear se ha desmoronado en los últimos años:

  • En 2019, Estados Unidos se retiró del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio con Rusia, que comprometía a ambas partes a la eliminación de ese tipo de misiles.
  • El Tratado sobre Medidas para la Ulterior Reducción y Limitación de las Armas Estratégicas Ofensivas (“nuevo START”), entre Estados Unidos y Rusia, expira en febrero de 2021, con lo que por primera vez desde la década de 1970 se levantarán las limitaciones a los dos mayores arsenales nucleares del mundo.