“Ha llegado la hora de la verdad, y necesitamos ver que los empleadores dan pasos concretos y saber qué pasos tienen previstos. Nuestro futuro depende de ello, por lo que hace falta que todos los lugares de trabajo y todas las empresas se involucren al respecto. Si los empleadores se toman en serio el cambio climático, estaremos con ellos; si no, los sindicatos les exigirán que lo hagan”, afirmó Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI.
Los trabajadores y las trabajadoras están en primera línea respecto a la acción climática. Teniendo en cuenta que nueve de los diez años más calurosos de la historia se registraron después de 2005, la urgencia es evidente. Ya son más de 83 millones los refugiados climáticos que han tenido que abandonar sus hogares y han perdido sus medios de subsistencia. Otros 72 millones de puestos de trabajo están amenazados por el incremento de la temperatura. La acción climática resulta esencial, desde los lugares de trabajo hasta los parlamentos. Cualquier contribución cuenta, y se requieren acciones urgentes y ambiciosas.
“Hay que analizar a fondo los modelos empresariales que nos han conducido hasta este punto. Esta vez no bastará con un ‘maquillaje verde’; ya no será posible eludir responsabilidades. El movimiento sindical internacional se ha comprometido a hacer frente al cambio climático. Los trabajadores y las trabajadoras tienen una preocupación común: ¿resistirán sus actuales empleos al test de la transición? Y si la respuesta es no, ¿qué habría que hacer para que resistan? Si se hace de manera apropiada, mediante el diálogo y la negociación entre empleadores y sindicatos y contando con el apoyo necesario de los Gobiernos, se abrirían las puertas a unas transiciones justas y para asumir la tarea existencial a la que nos enfrentamos. Los costos y las consecuencias de la inacción serían incalculables”, concluye Burrow.
Los sindicatos saben que cualquier cambio empieza por entablar el diálogo, y que los trabajadores tienen derecho a ser informados sobre la sostenibilidad de sus puestos y sus lugares de trabajo. La CSI ha elaborado una serie de recursos para apoyar a los trabajadores en sus esfuerzos para dialogar con sus empleadores. La Guía para la Campaña brinda consejos sobre cómo iniciar contactos y qué habría que pedir. Se alienta a los trabajadores y trabajadoras a preguntar cómo se abordan las emisiones y sobre los planes para reducirlas.
“La degradación del medio ambiente o la explotación humana, la causa subyacente es la misma: codicia corporativa. Estamos siendo testigos de un punto de gran convergencia entre distintos movimientos. En momentos como éste es cuando pueden moverse montañas”, afirma Burrow.