Tibet: debe ponerse fin a la represión

La CSI manifestó hoy su más profunda preocupación por la violencia generalizada experimentada en el Tíbet estos últimos días, y que ya ha costado decenas de vidas, así como la ofensiva y el “castigo severo” anunciados por las autoridades chinas para quienes consideren responsables de las manifestaciones y deterioros.

Bruselas, 19 de marzo de 2008: La CSI manifestó hoy su más profunda preocupación por la violencia generalizada experimentada en el Tíbet estos últimos días, y que ya ha costado decenas de vidas, así como la ofensiva y el “castigo severo” anunciados por las autoridades chinas para quienes consideren responsables de las manifestaciones y deterioros.

El detonador de estos acontecimientos fue la conmemoración de un fallido levantamiento contra el poder chino en el Tíbet, pero sus raíces más profundas tienen que ver con décadas de represión, la negación de los derechos humanos y la falta de desarrollo.

Tíbet sigue siendo un páramo abandonado y empobrecido del Estado chino y se niega a sus trabajadoras y trabajadores el salario y los niveles de protección que se dan a las personas de origen chino de la etnia han, además de ver totalmente restringidas su libertad cultural y religiosa.

"El reconocimiento de las libertades democráticas y los derechos humanos, la autonomía para el Tíbet y de los derechos culturales de su pueblo, así como un enfoque serio de sus necesidades de desarrollo son el camino a seguir para lograr una solución duradera de la crisis", afirmó el Secretario General de la CSI, Guy Ryder. "Debe ponerse fin a la represión y los manifestantes deben abstenerse de cometer actos de violencia y de tomar como blanco a los chinos de la etnia han. La atención de la opinión pública internacional se mantendrá enfocada sobre las autoridades chinas a lo largo de este año en que se celebran los Juegos Olímpicos y continuará más adelante, de modo que éstas tienen una verdadera oportunidad de demostrar al mundo que están dispuestas a poner fin a la represión y a la negación de los derechos humanos y a asumir un auténtico compromiso con la democracia y el Estado de derecho", añadió.


La CSI representa a 168 millones de trabajadoras y trabajadores en 155 países y territorios y cuenta con 311 afiliadas nacionales.

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