Tailandia: Violaciones de todas las normas fundamentales del trabajo y explotación de trabajadores y trabajadoras migrantes

En el día de la fecha, la CSI dio a conocer un nuevo informe con respecto a las normas fundamentales del trabajo en Tailandia.

Bruselas, 26 de noviembre de 2007: En el día de la fecha, la CSI dio a conocer un nuevo informe con respecto a las normas fundamentales del trabajo en Tailandia. En dicho informe se muestra que en ese país se siguen cometiendo graves violaciones de todas las normas fundamentales del trabajo. El informe se publica coincidiendo con la revisión de la política comercial de Tailandia que la OMC lleva a cabo los días 26 y 28 de noviembre.

Tailandia no ha ratificado los convenios fundamentales de la OIT sobre los derechos sindicales. Estos últimos están restringidos en Tailandia, tanto para los trabajadores del sector privado como para los trabajadores de las empresas estatales. Los empleados públicos no tienen derecho de sindicación, de negociación colectiva ni de huelga y no están comprendidos dentro del marco de aplicación de la ley sobre las relaciones laborales. A pesar de que la discriminación antisindical está prohibida, a menudo los trabajadores son objeto de hostigamiento. Muchas veces se los despide cuando intentan formar sindicatos y las sanciones en caso de despidos injustos son mínimas. En el informe se exponen varios casos de discriminación antisindical, hostigamiento e intimidación ocurridos durante los dos últimos años, incluyendo casos sucedidos dentro de empresas cuya producción está destinada a la exportación.

No se permite que los trabajadores y trabajadoras migrantes lleven a cabo tareas de sindicalización porque para tener cargos sindicales es necesario ser de nacionalidad tailandesa, lo que excluye de ese derecho a unos 700.000 trabajadores y trabajadoras procedentes de Birmania, Camboya y Laos. Si bien éstos tienen los mismos derechos que los trabajadores tailandeses, no se les permite cambiar de trabajo sin autorización previa de sus empleadores, lo que también impide que esos trabajadores tengan libertad sindical. En caso de que protesten se los puede expulsar del país.

Los inversionistas han ido progresivamente instalando sus establecimientos de producción en zonas fronterizas, que es donde vive la mayoría de los inmigrantes. Lo hacen porque prefieren contratar a esos trabajadores ya que no se les permite formar sindicatos. También han procurado obtener incentivos impositivos para las inversiones hechas en las zonas de frontera sosteniendo que hay escasez de mano de obra en las industrias del textil, vestido, calzado y electrónica.

En el informe se señala asimismo la discriminación existente en Tailandia en materia de empleo y salarios. En el sector privado, las mujeres generalmente perciben los mismos salarios en los puestos de trabajo de baja remuneración pero no en los mejor remunerados. En el sector público, hay muy pocas mujeres en puestos de trabajo bien remunerados. En Tailandia hay además una gran cantidad de trabajadores a domicilio, principalmente mujeres (78,1 por ciento) y la mayor parte de su producción corresponde al sector del textil y el vestido. Los ingresos de este grupo de trabajadores son particularmente bajos.

También hay discriminación entre los centenares de miles de trabajadores migrantes birmanos. Éstos trabajan en la pesca, manufactura, trabajo doméstico, construcción, hoteles y restaurantes y agricultura. A los trabajadores migrantes de las fábricas de ropa se los obliga a hacer larguísimas jornadas laborales sin que se les paguen las horas extraordinarias y ganan menos que el de por sí bajo salario mínimo. Desempeñan sus tareas con muy malas condiciones: falta de ventilación y de agua en las fábricas y tienen que vivir hacinados en alojamientos precarios.

Finalmente, en el informe se indica que el trabajo infantil continúa siendo en Tailandia un problema grave, inclusive en sus peores formas, como la prostitución, el tráfico de drogas, el trabajo doméstico, el trabajo agrícola y los trabajos peligrosos. Continúa habiendo un grave problema de trata de mujeres y niños para destinarlos a la prostitución forzosa e inclusive este problema se ha agravado. En el informe se indica que es preocupante la pequeña cantidad de personas a las que se les hace juicio por ese motivo y el hecho de que no se sabe que se haya condenado a ninguna.

Para ver el informe completo, favor de hacer clic aquí (EN - pdf)


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