sin embargo sólo 200 de ellos eran presos políticos que cumplían largas condenas en cárceles de todo el país. Muchos activistas sindicales permanecen tras los barrotes cumpliendo condenas de decenas de años. La CSI solicita a las autoridades birmanas que pongan inmediatamente en libertad a todos los presos políticos, incluidos los activistas sindicales.
Tomando nota de determinados progresos modestos, la CSI insta a la comunidad internacional que no reduzca la presión, justo ahora que dicha presión está por fin dando fruto. Hoy día, en Birmania, el ejército sigue imponiendo el trabajo forzoso, reclutando niños soldado y confiscando tierras de la población en varios estados del país, y en algunos la situación parece haber empeorado en 2011.
El pleno respeto del Convenio 87, la protección de la libertad de asociación y el derecho a la negociación colectiva de los sindicatos sigue siendo un problema en Birmania.
La CSI apoya la declaración del Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en Birmania: “Sigue habiendo muchas cuestiones graves relativas a los derechos humanos y es necesario que sean abordadas”. Efectivamente, se tiene que hacer mucho más para abordar las violaciones fundamentales de los derechos y actuar contra la impunidad en el sistema jurídico, en la ley y en la práctica.
(*) Los sindicalistas liberados de prisión hoy son:
Myo Aung Thant, Sra. Aye Thi Khaing, Sra. Aye Chan, Sra. Yin Kyi, Sra. Than Than Htay, Thein Lwin Oo, Than Win y Ye Lwin Htoo.