Las fuerzas de seguridad intentaban evitar que los manifestantes abandonaran la plaza donde estaban reunidos. Numerosos manifestantes recibieron tiros en la cabeza y el cuello, la mayoría de los heridos recibieron disparos con munición real. Según fuentes médicas, es probable que aumente el número de muertos.

Según testigos, los matones a favor del régimen también abrieron fuego contra los manifestantes desde las casas cercanas a la Plaza de la Universidad.

El ataque armado del viernes se produjo en un momento en que decenas de miles de personas se reúnen en todo el país para seguir exigiendo la renuncia del presidente Ali Abdullah Saleh, quien se encuentra a la cabeza del país desde hace 32 años.

También han tenido lugar manifestaciones antigubernamentales en otras ciudades, incluidas Taiz, Ibb, Hodeidah, Adén y Amran, después de la oración del mediodía que los musulmanes hacen el viernes.

Antes de las protestas, cientos de policías patrullaban las calles de Sanaa y las fuerzas de élite levantaron fortificaciones alrededor de la residencia presidencial, los ministerios y la sede del partido gobernante de Yemen.

Las fuerzas gubernamentales ya han utilizado en otras ocasiones fuego real, balas de goma y gases lacrimógenos en las manifestaciones contra el régimen, en una represión cada vez más violenta contra las protestas, cuyo saldo es ya de 70 muertos y centenares de heridos.

Aun cuando las condiciones económicas del yemení medio son terribles y siguen empeorando, toda una generación de jóvenes activistas, entre ellos muchas mujeres jóvenes, se han situado al frente del movimiento de la sociedad civil a favor de los cambios democráticos.

"Las autoridades yemeníes deben parar inmediatamente el derramamiento de sangre y entablar un verdadero diálogo nacional para responder a las demandas legítimas del pueblo a favor de la democracia y la equidad. La CSI insta también a la comunidad internacional a promover el diálogo nacional, dar prioridad a la ayuda con fines económicos y sociales y a apoyar la democracia así como garantizar que toda ayuda prestada en el ámbito de la seguridad no pueda ser utilizada contra manifestantes pacíficos en ningún lugar del país", afirmó la Secretaria General de la CSI, Sharan Burrow.