Primer plano de Thulile Motsamai (SACCAWU)

Nuestro mensaje a las mujeres es éste: «Tomen sus propias decisiones»

Thulile Motsamai, delegada sindical en el hotel Birchwood Executive de Johannesburgo, es una de las principales promotoras de la campaña « Decision for Life » (Decisiones para una vida) (1) en Sudáfrica. Nos explica de qué manera la campaña de la CSI ayuda a las jóvenes sudafricanas a cobrar conciencia de sus derechos y a desarrollar todo su potencial en el sindicato SACCAWU (2).

¿En qué consiste « Decisiones para la vida»?

Esta campaña está dirigida a las mujeres jóvenes y tiene por objeto informarlas sobre sus derechos en el lugar de trabajo, en la familia, la escuela, etc. La campaña no se destina únicamente a las trabajadoras, ya que engloba también, por ejemplo, a las jóvenes madres que en ocasiones han abandonado la escuela demasiado pronto. Vamos a los supermercados, los cibercafés, la calle, los orfanatos, los hogares de acogida de mujeres víctimas de violencia, etc. En los lugares públicos instalamos una mesa con folletos de información y detenemos a los pasantes para hablarles de la campaña, invitándoles a veces a un taller o una reunión que forma parte de la campaña. En las reuniones tratamos de que haya un momento de esparcimiento porque los jóvenes se cansan rápidamente de los largos discursos.

No es difícil hablar con la gente: somos jóvenes que nos dirigimos a otros jóvenes y no les hablamos de Nelson Mandela o de otras personas que tienen una vida totalmente distinta a la suya: les hablamos de nosotros mismos. Distribuimos tarjetas postales que remiten principalmente al sitio web de la campaña « My wage » (mi salario), donde pueden obtener una multitud de informaciones prácticas sobre la manera de preparar una entrevista de empleo, los lugares donde buscar empleo, etc. Tratamos de llegar a un máximo de jóvenes, porque si su CV muestra que no tienen experiencia laboral, los empleadores los consideran como una presa fácil a quien pueden pagar un salario bajo y explotar de forma inimaginable. Cuando uno conoce sus derechos, las cosas cambian. Nos llegan comentarios muy interesantes por correo electrónico, por teléfono y otros medios.

¿Promueven también la campaña en los centros escolares?

Sí. La campaña está también dirigida a las estudiantes, puesto que al final de sus estudios tendrán que adoptar decisiones muy importantes para su futuro. Tratamos, por ejemplo, de concienciarlas sobre el acoso sexual, ayudarlas a tomar confianza en sí mismas, enseñarles a decir « no », mostrándoles que ese acoso puede conducir a problemas graves como el VIH, la depresión e incluso el suicidio. Deben estar preparadas antes de entrar al mercado de trabajo para que en ese momento sean fuertes, conozcan sus derechos y sepan lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer.

En Sudáfrica, uno de las especificidades de « Decisiones para la vida» es la campaña a favor de los preservativos femeninos, de los que no hay suficientes existencias. Constatamos que los preservativos más populares son los que están destinados a los hombres y que las mujeres nos siempre tienen las posibilidad de negociar relaciones sexuales protegidas. Además, los preservativos femeninos solo se encuentran en algunas clínicas. En nuestra campaña reivindicamos que para cada preservativo masculino debe haber un preservativo femenino.

Hemos lanzado esa campaña a favor de los preservativos femeninos en las escuelas y universidades porque sabemos que las estudiantes son un grupo de riesgo. Algunas abandonan sus estudios por un embarazo precoz, el VIH o por acoso sexual en los centros escolares, es decir por diversos problemas vinculados a un comportamiento sexual.
Nos dirigimos también a las mujeres desempleadas porque sabemos que algunas de ellas deciden vender su cuerpo. No podemos impedir que lo hagan pero podemos ayudarlas a que lo hagan en condiciones de seguridad.

Así, « Decisiones para la vida» se dirige a un público mucho más amplio que los miembros de los sindicatos…

Sí, pero aprovechamos la oportunidad para informar a las jóvenes de las ventajas que ofrece la afiliación a un sindicato. En general, la imagen de los sindicalistas es la que se ve en la televisión: hombres y mujeres de una cierta edad. Intentamos cambiar esa percepción, mostrándoles que pueden integrarse en un movimiento sindical en el que sus opiniones serán escuchadas y en el que se les considerará tan importantes como los demás, y que la edad no tiene importancia.

En realidad, nuestro mensaje a las mujeres es éste: «Tomen sus propias decisiones », que se trate de instalarse en una vivienda, comenzar una familia, tener relaciones sexuales, tener o no un marido… Cuando uno es capaz de tomar decisiones por sí misma en la esfera personal, uno es capaz de hacerlo también en otros ámbitos, como la elección de un empleo.

Desde el punto de vista personal, ¿qué le aporta la participación en esta campaña?

¡Alegría! Mi participación en la campaña me ha hecho descubrir una parte de mí misma que no conocía. Tengo un diploma en gestión y marketing. Trabajar como camarera es difícil, pero tengo que dar de comer a mis tres hijos. Gracias a la campaña « Decisiones para la vida», me siento una nueva persona e incluso mi trabajo de camarera ya no me disgusta.

Las experiencias que intercambiamos gracias a la campaña me han permitido entender que no tenemos por qué tener miedo de los hombres ni de nadie. Es preciso que nos apoyemos mutuamente. Antes no me gustaba hablar con los demás, sobre todo de temas que me importan de verdad, pero me sentí inspirada por una militante sudafricana, Thabisa Sigaba, que desgraciadamente ha fallecido. Fue la primera y más joven delegada sindical a tiempo completo. Poseía y emitía una energía fantástica e incluso si era más joven que yo, su ejemplo me mostró que se puede ser lo que uno quiere ser.

¿Qué impacto ha tenido la campaña en su sindicato?

La campaña nos ha permitido afiliar a nuevos miembros ya que las jóvenes trabajadoras se dan cuenta de las ventajas que puede aportar la afiliación a un sindicato. Lo mismo sucede con las estudiantes, y cuando tengan un empleo harán todo lo posible por sindicalizarse.

De la misma manera que participan en las decisiones que se toman en el marco de la campaña « Decisiones para la vida», las jóvenes sindicalistas quieren tener voz y voto en todas las decisiones sindicales. Mi sindicato está compuesto en 80% de mujeres, pero la dirección está dominada por los hombres. Aunque eso empieza a cambiar.

¿Ha sido difícil convencer a los dirigentes de su sindicato de cambiar de actitud?

Es difícil convencer a todo el mundo. Incluso las mujeres no se apoyan unas a otras; tenemos tendencia a destruirnos. Durante las elecciones, votamos por los hombres. Antes de la campaña, las mujeres no se presentaban a los puestos de dirección porque pensaban que no serían elegidas y para no sufrir una derrota, preferían no intentarlo. Siempre dependemos de los hombres, pensamos que todo es posible con ellos, olvidando que nosotras somos las que encabezamos la lucha, las líderes. Podemos negociar la paz, ser madres, esposas, amigas, hermanas, colegas, pero no creemos en nosotras mismas. No digo que los hombres no tengan ningún merito, pero nuestro propio trabajo debe contar más que nada.

En este momento, algunos dirigentes no prestan mucha atención a « Decisiones para la vida», incluso en mi propio sindicato. El hecho de que hayamos podido nosotras, las mujeres, unirnos para apoyar este proyecto, ha obligado a los hombres a aceptar la situación, al no tener otra alternativa. Antes, las mujeres dejaban que una de sus colegas que se expresara mejor se las arreglara con los hombres, ahora, nos apoyamos mutuamente.

¿La campaña ha cambiado algo en el hotel donde trabaja?

¡Muchísimo! Cuando se quiere obtener algo hay que buscarlo uno mismo. No se puede esperar que los hombres negocien nuestros derechos. La campaña nos ha ayudado a adquirir confianza y exigir nuestra participación en las negociaciones colectivas. En cuanto logramos participar en las negociaciones, pudimos abordar y hacer que se adoptaran las cuestiones que nos conciernen más especialmente. Así, pudimos negociar una política sobre los derechos parentales, obtener que se adoptara una política sobre el acoso sexual, una política sobre la salud y seguridad y otra sobre el VIH, obtuvimos el reembolso del 50% de los gastos médicos por la empresa (que trataremos de que llegue a 75%). En varias otras empresas se obtuvieron resultados similares gracias a la campaña, porque las mujeres participan mucho más.

¿Nos podría dar más detalles sobre el contenido de las políticas negociadas en su hotel?

La política contra el acoso sexual requiere el fortalecimiento del mecanismo de la denuncia. La política relativa a los derechos parentales se relaciona con la licencia de maternidad, los permisos que se pueden obtener en caso de enfermedad de un hijo, las medidas de prevención para evitar la sobrecarga de trabajo para las mujeres embarazadas,… algunas de esas cuestiones figuran ya en la legislación, pero mientras no se recojan en un convenio colectivo firmado por la dirección, no se respetan. Lo mismo sucede con el VIH: la legislación garantiza que una persona afectada por el virus no sea discriminada en la empresa, pero negociamos para tener la certidumbre de que eso nunca sucederá en nuestro hotel. También obtuvimos que una persona infectada pudiera quedarse durante ocho meses en su casa, que la empresa pagara la mitad de su salario y la otra mitad quedara a cargo de la seguridad social, y que pudiera recuperar su empleo en el mismo nivel jerárquico en cuanto estuviera mejor. Es un logro suplementario respecto de lo que establece la legislación.

¿Ha cambiado su percepción del sindicato?

Antes, vivía con el temor de que como mujer y, más aún como mujer joven, mis palabras no tuvieran ningún efecto, incluso si tenían sentido, y ello solo por el hecho de ser mujer.

Ahora entiendo que en los sindicatos, no tenemos madres sino mentoras, personas que quieren compartir lo que saben con nosotras. Son esas sindicalistas mayores que nos presentaron « Decisiones para la vida » enseñándonos a llevar adelante la campaña nosotras solas, ya que antes hacíamos lo que nos decían que hiciéramos. Nos ayudaron a entender que el éxito del proyecto dependía de nosotras. Son también las sindicalistas más experimentadas que nos enseñaron a identificar los casos de acoso sexual. Ahora, la campaña es nuestra y podemos ser mentoras para otras mujeres jóvenes.

¿Cómo percibe su futuro dentro del movimiento sindical?

No aspiro a ser una persona muy importante, pero quiero cambiar algo en la vida de los jóvenes, hacer lo posible por asegurar que su voz sea escuchada y que se dé seguimiento a sus reivindicaciones. Quisiera contactar a un máximo de jóvenes. Hay tantas mujeres jóvenes que sufren, que están hartas de la vida, jóvenes madres que se enfrentan a graves problemas cuando el padre las abandona. Quisiera aportar luz a su existencia, mostrarles que hay una vida a pesar de todos sus problemas, pero que todo depende de ellas, que ellas tienen la posibilidad de elegir seguir por el mismo camino o alzar la cabeza, cobrar fuerza y hacer algo de su vida. Es así como podemos construir un mundo mejor.

Entevista a cargo de Maria Tsirantonaki y Samuel Grumiau

(1) La campaña « Decision for Life » (Decisiones para una vida) apoya y potencia la posición de las jóvenes mujeres, individual y colectivamente, para que puedan tomar decisiones adecuadas acerca de su trabajo, carrera y familia, que tengan acceso a empleos seguros, a remuneraciones dignas y ventajas sociales, que reclamen la igualdad de oportunidades en el empleo y mejoren su capacidad para dirigir y negociar.

(2) South Africa Commercial, Catering and Allied Workers Union (sindicato de trabajadores del comercio, hosteleria y afines de sudafrica), afiliada a la COSATU (Congress of South African Trade Unions)