"La Comisión debe centrarse en la creación de empleo y en el trabajo decente como pilares para la lucha contra la pobreza", declaró la Secretaria General de la CSI, Sharan Burrow. "Hacer hincapié en los derechos fundamentales del trabajo, incluida la libertad sindical y el derecho a la protección social, es una estrategia clave para reducir las desigualdades en las sociedades, mejorar el acceso a servicios públicos de calidad, incrementar la demanda y lograr un crecimiento económico sostenido y sostenible".

La Comisión, cuyos trabajos se organizan en un ciclo de dos años, con un período de sesiones de examen y otro de políticas, escuchará este año las presentaciones de los gobiernos y de la sociedad civil en las que definen las causas profundas de la pobreza, describen los progresos realizados para la consecución de los objetivos de lucha contra la pobreza y hacen hincapié en los desafíos clave que enfrentan los países en desarrollo.

El informe del Secretario General de la ONU sobre los antecedentes deja claro que el debate debe resaltar la importancia que reviste el trabajo decente para esta cuestión. Los sindicatos se muestran satisfechos con la declaración del Secretario General de la ONU en la que afirma que los “puestos de trabajo adecuadamente remunerados proporcionan seguridad de ingresos, acceso a la protección social, mejor salud y nivel de instrucción y, en definitiva, una manera de salir de la pobreza".

Los sindicatos llaman la atención en la afirmación del informe donde reconoce que "en general, la promoción del empleo productivo y del trabajo decente no ha sido un objetivo de la política macroeconómica". El informe también se muestra crítico con respecto a la liberalización financiera, los impuestos regresivos y la privatización mal manejada, principales factores que han contribuido al aumento de la desigualdad. Asimismo, señala que "los niveles de pobreza disminuyen cuando aumenta el porcentaje del PIB dedicado a los salarios". Estas conclusiones de la ONU, que corresponden al análisis de la crisis que hacen los sindicatos, ponen de relieve las cuestiones fundamentales que es preciso abordar para aliviar el impacto de la crisis financiera global y mejorar la estabilidad económica a largo plazo.

Del mismo modo, una protección social adecuada para todos es un mecanismo vital para proteger a las personas vulnerables contra la pobreza, ampliar el acceso a los servicios sociales y compensar a los trabajadores por la pérdida de ingresos, cualquiera que sea su causa. Asimismo, proporcionaría un mayor número de empleos y ayudaría a aumentar la demanda de bienes y servicios. Por estos motivos, la CSI insta a la Comisión a efectuar un examen a fondo y apoyar el desarrollo de un piso de protección social a escala mundial, como el que promueve la OIT, que garantice la prestación de servicios esenciales (incluidas la atención médica, la educación y una nutrición adecuada) para todos.