El Gobierno incrementó el salario mínimo a principios de noviembre, pero el nuevo nivel sigue estando por debajo del sueldo necesario para poder llevar una vida digna, lo que dio lugar a que varios sindicatos solicitaran al Gobierno que subvencionara los alimentos básicos.
“Es una verdadera vergüenza que las grandes empresas de ropa internacionales no se aseguren de que sus proveedores paguen siquiera el salario mínimo insuficiente. Muchos trabajadores bangladesíes que trabajan en la producción para la exportación ganan en realidad menos y trabajan más horas que los que trabajan para el mercado nacional. La exasperación y frustración de los cientos de miles de trabajadores/as del textil del país es totalmente comprensible, y en vez de reprimir las actividades legítimas de protesta, el Gobierno debería asegurarse de que todos los empleadores traten a sus trabajadores de manera justa y les paguen unos salarios decentes”, dijo la Secretaria General de la CSI Sharan Burrow.
Mientras tanto, los informes que llegan de Bangladesh indican que más de 20 trabajadores han perdido la vida hoy en otro incendio que se ha producido en una fábrica de ropa, en una planta cerca de Dhaka, propiedad de Hameem Group, uno de los mayores exportadores del país. Según tiene entendido la CSI, los trabajadores de la fábrica mencionaron que las puertas de emergencia estaban cerradas, y varios saltaron desde el tejado huyendo del humo y las llamas.
“Este tremendo incendio pone de relieve lo pésimas que llegan a ser las condiciones laborales en muchas de estas fábricas, dado que las grandes marcas mundiales intentan reducir al mínimo los gastos de producción, y una pequeña elite de propietarios de fábricas locales explotan cruelmente a su mano de obra. Los responsables de estas condiciones sobrecogedoras deben ser llevados ante la justicia, las familias de las víctimas han de ser plenamente compensadas, y se tienen que tomar verdaderas medidas para proporcionar unos lugares de trabajo seguros y sanos”, dijo Burrow.
