Los sindicatos piden a ASEM que actúe respecto a Birmania

Sindicatos de Asia y Europa, reunidos en Bruselas para la Cumbre de Líderes de la reunión Asia-Europa (ASEM), exhortan a los Líderes de ASEM a tomar medidas respecto a Birmania, incluyendo exigir la liberación inmediata e incondicional de todos los presos políticos en aquel país y que se ponga fin a los ataques contra la población civil, particularmente dirigidas contra ciertas comunidades étnicas y defensores de la democracia.

La CSI está preocupada por el hecho de que parte de la comunidad internacional considera que las elecciones nacionales en Birmania dan motivos para relajar las presiones sobre el régimen. Dichas elecciones son una farsa: las voces pro-democráticas han quedado excluidas, se ha impedido a los demás partidos hacer campaña y por otro lado, independientemente del resultado de las votaciones, los militares siguen teniendo garantizado el control efectivo del Gobierno en base a una Constitución inadecuada. El Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, declaró el 27 de septiembre que las elecciones no serían admisibles sin la liberación de los prisioneros políticos, incluyendo la líder Aung San Suu Kyi.

La comunidad internacional debe redoblar considerablemente su presión sobre el régimen, hasta que tengan lugar progresos tangibles para la adopción de una Constitución inclusiva y democrática y se garantice el pleno respeto de los derechos humanos.

Los Gobiernos y socios comerciales de ASEM pueden contribuir a ello recortando los vínculos comerciales y de inversión que mantienen el régimen en el poder, en línea con lo dispuesto en la Resolución de la OIT de 2000 sobre Birmania.

Frente a un régimen que refuerza su guerra contra su propio pueblo, los Líderes de ASEM deberían pedir al Consejo de Seguridad de la ONU que apruebe un embargo total de armas sobre Birmania, y que apoye el establecimiento de una Comisión de la ONU para investigar los crímenes contra la humanidad cometidos en aquel país.

Para presionar al régimen a fin de que levante su prohibición hacia los sindicatos y dé voz a los trabajadores birmanos, los Gobiernos de ASEM deberían promover el envío de una Comisión de Encuesta del Consejo de Administración de la OIT respecto a la Libertad Sindical en Birmania.

Es necesario redoblar las presiones sobre el régimen para terminar con todas las formas de trabajo forzoso. Ha de castigarse a los culpables de recurrir al trabajo forzoso y debe ponerse fin al reclutamiento de niños por parte del ejército. Un punto de partida significativo sería asegurarse de que la OIT pueda trabajar libremente en todo el país, incluso para investigar los casos de trabajo forzoso.