Mientras que la banca y el sector financiero vuelven a funcionar como si no hubiera pasado nada, los trabajadores y trabajadoras de Rumania, al igual que en muchos otros países, continúan pagando un alto precio a causa de la crisis económica mundial. Para hacer frente a la crisis, el Gobierno rumano ha resuelto recortar los servicios públicos vitales, así como la ayuda al desarrollo y los salarios en el sector público.

El movimiento sindical rumano ha decidido protestar y pedirá, entre otras cosas: un incremento del salario mínimo tanto en el sector público como en el privado; bloquear la iniciativa de disolver el contrato de empleo individual durante un período indeterminado, el acuerdo laboral colectivo a escala sectorial y el acuerdo laboral colectivo a nivel nacional; y mantener la actual legislación sobre pensiones, edad de jubilación y cálculo de las pensiones. La CNSLT-FRATIA insistirá además en que se modifique la Ley sobre Inspección del Trabajo, con objeto de reducir el trabajo ilegal y reforzar las medidas de seguridad en el lugar de trabajo.

“Con las protestas en Rumania, vemos una vez más que en el mundo entero los sindicatos están intensificando las presiones pidiendo empleos decentes y justicia social, en la recta final hacia la Jornada Mundial por el Trabajo Decente el 7 de octubre”, comentó la Secretaria General de la CSI, Sharan Burrow. “La crisis del empleo no está mejorando. Los trabajadores y trabajadoras lo están pagando muy caro”, añadió. Sindicatos de toda Europa tienen previsto participar en una enorme manifestación en Bruselas el 29 de septiembre, para protestar contra las medidas de austeridad. Millones de sindicalistas participaron en la Jornada Mundial por el Trabajo Decente en 2008 y 2009, registrándose más de 470 acciones en 111 países el año pasado.

La protesta rumana tiene lugar apenas unos días después de concluir una Conferencia conjunta OIT-FMI en Oslo, donde la Organización Internacional del Trabajo y el Fondo Monetario Internacional acordaron trabajar juntos para desarrollar políticas que promuevan un crecimiento que genere empleo y “analizar el concepto de un piso de protección social para las personas que viven en la pobreza y en situaciones vulnerables”. La CSI confía en que se tomen todas las medidas necesarias para poder cumplir esta importante promesa y que la OIT y el FMI colaboren estrechamente para impulsar una recuperación centrada en el empleo.