El mensaje sobre la recuperación de la economía representa un cambio en relación con la reunión mantenida en abril por los Ministros de Finanzas, en la que advirtieron que no debían retirarse prematuramente las medidas de estímulo. En Busán, la atención se centró en la importancia de contar con "finanzas públicas sostenibles" y la necesidad para muchos países de "acelerar el ritmo de la consolidación". "Las conclusiones de los Ministros de Finanzas carecen de lógica", señaló el Secretario General de TUAC, John Evans. "Las previsiones apuntan a que la economía mundial sigue dependiendo del estímulo de los Gobiernos, sin embargo, ahora recomiendan que se dejen de apoyar los puestos de trabajo para reducir los déficits, lo que podría provocar la recaída de la economía mundial en la recesión".
En lo relativo a la reforma financiera, la reunión de Busán no decidió cuáles son los pasos que deberían tomarse a continuación. Los Ministros ni siquiera pudieron ponerse de acuerdo respecto a los principios de una posible aplicación de tasas a escala internacional sobre los bancos y otras instituciones financieras, como solicitara el FMI, mucho menos sobre la adopción de un impuesto a las transacciones financieras (ITF). Tampoco lograron encontrar un mínimo terreno de entendimiento para el fortalecimiento del marco de Basilea II, que regula los préstamos bancarios. El comunicado simplemente reafirma los compromisos anteriores declarados por el G20, el Consejo de Estabilidad Financiera (CEF) y sus miembros.
"La reunión de Busán representa un revés para el G20", afirmó Guy Ryder. "Entre tanto, son las familias trabajadoras las que pagan una y otra vez, y seguirán pagando, las consecuencias de la codicia y la irresponsable asunción de riesgos de los banqueros y los especuladores financieros. La necesidad de nuevas medidas en relación con el empleo y la regulación de las finanzas es el mensaje que el movimiento sindical internacional llevará a la reunión de los Líderes del G20 en Toronto a finales de mes”.