Primer plano de Imelda López (CGTG-Guatemala)

“Mi hijo perdería su empleo si se llega a saber que su madre es dirigente sindical”

Asesinatos e intimidaciones múltiples... las violaciones de los derechos sindicales han vuelto a agravarse en Guatemala. Imelda López, Secretaria General del Sindicato de Trabajadores de la Aeronáutica y Secretaria Adjunta de la CGTG (1) y de la Federación de Servicios Públicos, ha conseguido sobrevivir a tres atentados ya. Nos explica aquí el día a día que viven los sindicalistas guatemaltecos. Tras su participación en la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer de la CSI (2), vuelve a hablar de las dificultades concretas a las que se enfrentan las trabajadoras, sobre todo las de las Zonas Francas Industriales.

En enero de 2008, durante la Conferencia sindical internacional para combatir la impunidad en Guatemala, el nuevo Presidente, Alvaro Colom, se había declarado a favor de la justicia social y de un verdadero Estado de Derecho. ¿Cómo ha evolucionado desde entonces la situación en cuanto al respeto de los derechos sindicales?

Las violaciones de los derechos sindicales han empeorado desde la llegada al poder de este nuevo gobierno. Nos encontramos de vuelta con los extremos que se dieron en los años 80. Se nos considera terroristas y somos víctimas de numerosos actos de violencia y asesinatos. Desde la reestructuración en 2008 del Movimiento Sindical Indígena y Campesino Guatemalteco (MSICG), 36 de sus activistas han sido asesinados (3); algunos de ellos habían recibido amenazas. Las intimidaciones continúan produciéndose, y se sabe que se han disparado tiros con armas de fuego contra las fachadas de las casas de otros dos activistas. Este año, el Secretario General Adjunto de la CGTG, Victoriano Zacarías Míndez, que estuvo encarcelado por sus actividades sindicales, fue secuestrado, pero consiguió escaparse de sus captores saltando del coche en el que le llevaban (4).

Los trabajadores forman sindicatos a escondidas, pero cuando ponen en marcha las gestiones para registrarlo en el Ministerio de Trabajo, el empleador descubre la identidad de los líderes incluso antes de que el Ministerio haya tomado una decisión, y son despedidos.

Usted misma ha sido víctima de graves intimidaciones...

He sido víctima de tres atentados. En 2005, estuve a punto de perder la vida: iba en coche poco después de haber salido de la CGTG, cuando escuché un ruido y de repente perdí el control del vehículo, el cual dio varias volteretas y terminó completamente destrozado. Me tuvieron que hacer injertos de piel para el tratamiento de las heridas que me ocasionó el accidente, pero tuve la suerte de sobrevivir. Una investigación reveló que alguien había limado una pieza de mi coche – se trataba de un sabotaje.

Después de esto he sufrido otras intimidaciones. En 2007, por ejemplo, tras haber llevado a cabo una acción sindical a favor del respeto de los derechos relacionados con la maternidad, me había reunido con otros activistas en un restaurante y cinco minutos después de mi llegada me llamaron para decirme que alguien había roto las ventanillas de mi coche. No robaron nada, pero el portero me dijo que había visto una camioneta que me seguía. Los dirigentes sindicales reciben con frecuencia este tipo de advertencias.

Hay una lista negra con los nombres de sindicalistas independientes que circula con toda libertad y que hace que a éstos les resulte imposible conseguir un empleo. En lo que a mí concierne, llevo 33 años trabajando en el servicio público de la aeronáutica y soy sindicalista desde hace 12. Sería prácticamente impensable que el servicio público me despidiera a causa de mi activismo sindical, pero tengo que trabajar muy duro, mucho más allá de los horarios normales, para poder compensar el tiempo que consagro a las actividades sindicales.

¿Su familia le apoya en su implicación sindical?

Mi hijo ha empezado a trabajar hace poco, pero tiene miedo, porque si se llega a saber que su madre es dirigente sindical perdería su empleo. En el plano familiar no me resulta fácil dado que mis hijos no apoyan mi activismo sindical. Al contrario, a veces me lo reprochan, me piden que abandone la actividad sindical puesto que no sólo pone en peligro mi vida sino también la de ellos. Me dicen que está bien luchar por los demás, pero que si desaparezco entonces no habrá nadie para ocuparse de ellos.

¿Qué satisfacción le aporta, a pesar de todo, su activismo?

Mi vocación es ayudar a los demás, dirigirme a ellos. Me siento útil al ponerme al servicio de los demás, sobre todo cuando puedo ayudar a aquellas personas que no disponen de las mismas posibilidades que yo para defender sus derechos.

¿Es difícil para una mujer escalar por la jerarquía sindical en Guatemala?

Las mujeres reclaman más espacio en los movimientos sindicales, en las tomas de decisiones, pero a menudo no se procuran los medios para ocupar ese espacio, principalmente por falta de tiempo. Se requiere tiempo para seguir las formaciones (incluidas las autoformaciones) necesarias para ser dirigente sindical. La combinación entre vida familiar, trabajo y actividades sindicales es realmente difícil. Las mujeres están de acuerdo en implicarse sindicalmente durante las horas de trabajo, pero fuera de éstas son muchas las que no tienen otra opción que volver a su casa para ocuparse de sus hijos.

El machismo persiste en Guatemala, al igual que en otras partes de América Latina. He tenido que trabajar más que los hombres para demostrar mis capacidades y acceder a puestos de dirección sindical. Con frecuencia las mujeres tienen tendencia a no ayudarse entre sí, sino a destruirse mutuamente. Las mujeres todavía tienen que llevar a cabo una toma de conciencia enorme con relación a sus derechos. En mi central no existen barreras visibles que impidan a las mujeres escalar en la jerarquía, pero ellas mismas se prohíben determinadas actividades para privilegiar su vida familiar.

Cuando pasé a formar parte de la dirección del Sindicato de aeronáutica, yo era la única mujer. He ayudado a otras a escalar en la jerarquía, y hoy día tenemos cinco mujeres entre los nueve miembros que constituyen el Comité Ejecutivo, en un sindicato que sólo cuenta con 45 mujeres en un total de 380 miembros.

¿Cuáles son las prioridades de la Comisión de Mujeres de la CGTG, de la cual usted es responsable?

Lo más importante es la lucha por la igualdad salarial y por un salario digno. Actualmente, las trabajadoras de las zonas francas no ganan más que entre 100 y 200 dólares por mes, por 12 horas diarias de trabajo, a veces siete días a la semana. Según los cálculos de la CGTG, se necesitan por lo menos 400 dólares para vivir dignamente. Nuestra Comisión se moviliza también para mejorar las condiciones de trabajo de las mujeres, en particular en las zonas francas, y para proteger mejor sus derechos vinculados a la maternidad. Por otro lado hemos realizado una gran labor a favor de las trabajadoras domésticas, y los resultados han sido positivos, puesto que Guatemala acaba de adoptar una ley que les permite acceder a la Seguridad Social. Otra prioridad es favorecer la educación de las mujeres, dado que ellas son las que más difícil lo tienen a la hora de acceder a las formaciones.

Usted participó en la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer de la CSI. ¿Que es lo que le ha aportado?

Los intercambios con mujeres sindicalistas del mundo entero han sido muy enriquecedores, he aprendido mucho al escuchar todos los testimonios, a pesar de que hubiera deseado disponer de más tiempo para permitir a las participantes expresarse. He apreciado mucho el impacto de los jóvenes en esta Conferencia, algo muy importante para preparar el futuro. A pesar de los rastros dejados por determinadas divisiones sindicales provenientes del pasado, y a pesar de la diversidad de idiomas y orígenes, debemos superar nuestras diferencias y transmitir un mensaje común, si lo que pretendemos es luchar de manera eficaz contra las desigualdades. La Conferencia ha demostrado que somos capaces de trabajar en equipo y es preciso continuar por esta vía de solidaridad. La CSI tiene que estar ahora al tanto del seguimiento y la aplicación de las resoluciones y decisiones de la Conferencia. Y en momentos en los que tanto se está hablando de igualdad entre hombres y mujeres, considero que es una pena que se sigan organizando seminarios en los que sólo participen mujeres. Hay que implicar más a los hombres en estas actividades.

¿Cuáles son las consecuencias de la crisis económica mundial en el mundo del trabajo en Guatemala?

La mayoría de los trabajadores de Guatemala ya vivían en una situación de crisis antes de que empezara la crisis económica mundial, pero ésta ha agravado sin duda los problemas. Es más, en particular, el caso de las mujeres, que sufren las mayores dificultades a la hora de acceder al mercado de trabajo. Desde el principio de la crisis se constatan concretamente subidas del 100% en los precios de los combustibles. El conjunto del coste de la vida va en aumento, pero no se ve compensado con alguna subida de nuestros salarios de miseria. Únicamente se han incrementado los sueldos de los más altos funcionarios, gracias a sus conexiones con las personas en el poder.

¿Por qué las mujeres tienen menos acceso al mercado de trabajo?

Los lugares de trabajo donde se observan las bajadas de empleo más visibles son las Zonas Francas Industriales, donde la mayor parte de la mano de obra es femenina. Muchos de los empleadores de dichas zonas utilizan el pretexto de la crisis para despedir incluso al 50% de la plantilla. La represión antisindical es muy fuerte en estas zonas, que están principalmente constituidas por fábricas de confección. Se han podido formar a penas dos sindicatos. Y sin protección sindical, es fácil despedir a las trabajadoras.

Otra razón que explica por qué las mujeres son las principales víctimas de la crisis es que la mayoría de ellas son activas en la economía informal, muy afectada por la subida del coste de las mercancías. En este caso también se encuentran en una situación vulnerable, desprovista de protección.

Entrevista realizada por Samuel Grumiau.


(1) Central General de Trabajadores de Guatemala

(2) La primera Conferencia Mundial sobre la Mujer de la CSI tuvo lugar en Bruselas del 19 al 21 de octubre de 2009, con el tema. “Trabajo decente, vida decente para la mujer”.

(3) Desde la realización de esta entrevista, lamentamos el asesinato de otro activista del MSICG: el 25 de octubre, Víctor Gálvez fue salvajemente agredido por un desconocido. Consultar CSI Enlinea: Guatemala: Otro líder sindical asesinado

(4) Consultar CSI Enlinea: Guatemala: secuestros y amenazas de muerte.

- Consultar también el dossier “Visión sindical” consagrado a las violaciones de los derechos sindicales en Guatemala, de marzo de 2008.