Bruselas, 10 de julio de 2009: La declaración de la Agrupación Global Unions a la Cumbre del G8 en L’Aquila “Situar el empleo y la justicia en el centro de la recuperación: Papel del G8”, pedía a los Gobiernos que hagan frente a la crisis del empleo, del clima y del desarrollo, ya que las familias trabajadoras en todo el mundo sufren las consecuencias de los errores de la élite financiera.

En su lugar, la declaración económica de la Cumbre “Un liderazgo responsable para un futuro sostenible” cubre una amplia variedad de cuestiones, pero sin establecer prioridades respecto a las medidas que deberían adoptarse para salir de esta triple crisis.

“Los compromisos respecto al empleo y la protección social son positivos, al igual que el papel más importante que se concede a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el reconocimiento de la relevancia mundial del ‘Pacto Global para el Empleo’. Sin embargo, no se incluyen compromisos específicos en cuanto a la asignación de los recursos necesarios para alcanzar los objetivos de protección social y del empleo, pese a que el hecho de abordar la necesidad de proteger la base impositiva representa un paso positivo en esa dirección”, comentó el Secretario General de la Comisión Sindical Consultiva ante la OCDE (TUAC), John Evans, quien asistió a la Cumbre en representación de la CSI, TUAC y las Federaciones Sindicales Internacionales.

Respecto al cambio climático, los países del G8, por primera vez, se comprometieron de manera colectiva al objetivo de limitar el aumento de las temperaturas en no más de 2° C. Pero no consiguieron establecer los objetivos a medio plazo ni abordar la cuestión de cómo pasar a una economía con bajas emisiones en carbono de manera que resulte justo para los trabajadores/as y las comunidades dependientes de sectores intensivos en recursos naturales. A cinco meses del inicio de negociaciones en la ONU sobre cambio climático en Copenhague, los países del G8 todavía no han proporcionado la asistencia necesaria para obtener la implicación de los países en desarrollo.

El resultado más significativo de la Cumbre del G8 en L’Aquila podría ser el mecanismo de rendición de cuentas, que será finalizado en 2010, junto con el acuerdo de informar sobre los pasos que deberán tomarse para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, Teniendo en cuenta que varios países del G8 han recortado sus presupuestos de asistencia al desarrollo, incluyendo Italia, el país anfitrión de esta cumbre del G8, la cuestión es ¿qué diferencia supondrán los mecanismos de rendición de cuentas si no se dispone de la voluntad política para facilitar los recursos necesarios?

La Cumbre de L’Aquila probablemente constituya un evento de transición, con la mayor participación de países y organizaciones internacionales, marcando un giro hacia un proceso más representativo. Hace tiempo que los sindicatos vienen pidiendo una gobernanza más inclusiva de la economía mundial, y que los trabajadores y trabajadoras se sienten en la mesa de negociación en foros clave como el G20 y el Consejo de Estabilidad Financiera. Ahora el foco de atención será la Cumbre del G20 de Pittsburgh en septiembre, que los sindicatos exigen sea una cumbre centrada en el empleo, la reducción de las desigualdades y la erradicación de la pobreza.

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Foto: Bloco