La CSI condena la exclusión del amianto y el endosulfán de la Reglamentación Mundial sobre las Exportaciones

La CSI ha condenado la decisión por la cual el amianto crisotilo y el pesticida endosulfán quedan excluidos de la lista de productos considerados peligrosos bajo el Convenio de Rótterdam, acuerdo internacional que regula las exportaciones de sustancias químicas peligrosas.

Bruselas, 13 de noviembre de 2008: La CSI ha condenado la decisión por la cual el amianto crisotilo y el pesticida endosulfán quedan excluidos de la lista de productos considerados peligrosos bajo el Convenio de Rótterdam, acuerdo internacional que regula las exportaciones de sustancias químicas peligrosas.

“Los grupos de presión de la industria, junto con el móvil del beneficio han prevalecido trágicamente sobre la seguridad de los trabajadores y consumidores con esta negativa de incluir dos sustancias altamente peligrosas en el ámbito de dicho Convenio”, dijo el Secretario General de la CSI, Guy Ryder, añadiendo que: “Los gobiernos deben reaccionar urgentemente y corregir este error que pone en grave peligro la salud de muchos miles de trabajadores de la construcción, del sector minero, agrícola y otros sectores.”

Bajo el Convenio de Rótterdam los gobiernos mantienen una lista de sustancias peligrosas que pueden ser exportadas únicamente de acuerdo con el principio del “Consentimiento Fundamentado Previo” (CFP) por el que los países exportadores deben obtener una autorización específica de los países importadores antes de efectuar el envío de las sustancias. Según las reglas de procedimiento del Convenio de Rótterdam, las sustancias químicas no pueden ser incluidas en la lista CFP a menos que los signatarios del Convenio de 1988 alcancen un consenso.

En la última reunión del Convenio, siete países importadores de amianto (Filipinas, India, Kirguistán, México, Pakistán, Ucrania y Vietnam) apoyaron a Kazajstán, país exportador de amianto, en su oposición a la lista CFP. Otros exportadores (Brasil, Canadá, Rusia y Zimbabwe) se han opuesto a las restricciones al comercio del amianto a pesar de la elevada mortalidad y enfermedades que se sabe ocasiona.

El endosulfán, una neurotoxina venenosa para el sistema nervioso humano y que además afecta la reproducción, se utiliza como pesticida en la producción de algodón, cultivos de alimentos y comida para animales. Catalogado como uno de los pesticidas más tóxicos del mercado, los peligros que supone para los trabajadores agrícolas en particular y para los consumidores en general, están bien documentados. Existen sustancias químicas alternativas que cubren todas las aplicaciones de este compuesto, pero los productores prefieren a menudo el endosulfán porque es más barato.

“En lugar de una reacción inmediata por parte de los gobiernos frente a la urgente necesidad de protección, esta situación pone de manifiesto la poderosa influencia de unos cuantos intereses creados y plantea cuestiones sumamente graves respecto a la credibilidad del Convenio de Rótterdam. Es preciso que tomas de decisiones transparentes y democráticas reemplacen la práctica actual por la que una colusión entre poderosos grupos de presión del sector industrial y unos cuantos países llega a permitir que el beneficio comercial pase por encima de la salud pública. Las preocupaciones legítimas de la gran mayoría de los países y el claro peso de la evidencia científica han sido ignorados a la hora de tomar esta decisión inexcusable”, dijo Ryder.

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