La CSI y la CES reclaman a la UE arraigar la asociación económica en el desarrollo

En una nueva declaración publicada hoy, la CSI y la CES han reclamado a la UE que escuche a sus asociados en los países de ACP y que, a la hora de negociar Acuerdos de Asociación Económica (AAE), se concentre en enfoques que sean favorables al desarrollo.

Bruselas, 26 de septiembre de 2008: En una nueva declaración publicada hoy, la CSI y la CES han reclamado a la UE que escuche a sus asociados en los países de ACP y que, a la hora de negociar Acuerdos de Asociación Económica (AAE), se concentre en enfoques que sean favorables al desarrollo.

Los AAE constituyen una nueva disposición comercial entre Europa y los países de ACP (África, Caribe, Pacífico) y tienen como objetivo poner las relaciones comerciales que mantienen, en conformidad con las reglas de la OMC. Sin embargo, hay inquietudes en cuanto a que estos Acuerdos pudieran exigir a los países de ACP abrir sus economías de manera no sostenible y más allá de los compromisos que han adoptado a nivel mundial.

“Estoy de acuerdo con el Comisario para Asuntos Económicos de la Unión Africana, Dr. Maxwell M. Mwezalamba, cuando señala que los AAE deben promover el desarrollo, la integración regional y la reducción de la pobreza”, dijo John Monks, Secretario General de la CES, añadiendo: “y también estoy de acuerdo en que si algunos países no firman los AAE completos, entonces debería haber forma de asegurar la continuación de sus actividades comerciales con la UE”.

Hasta ahora sólo la región del Caribe ha confirmado su intención de firmar un AAE regional completo, probablemente en octubre, aunque la fecha de la firma ya ha sido pospuesta en varias ocasiones. Las negociaciones con los países de África y el Pacífico han sido tensas en todo momento y no lograron concluirse antes de fin de 2007, fecha límite impuesta por la OMC. En consecuencia se acordaron AAE provisionales con 20 países individuales africanos y del Pacífico.
“Mientras que la Comisión Europea percibe los AAE provisionales como una pasadera para AAE regionales completos, muchos aspectos de los acuerdos, tal y como están propuestos actualmente, corren el riesgo de socavar los países de ACP”, dijo Guy Ryder, Secretario General de la CSI. “Instamos a la Comisión Europea a que demuestre flexibilidad en las negociaciones a fin de asegurar que los AAE contribuyan a las perspectivas de desarrollo de los países de ACP.”

En particular, en las negociaciones no debería imponerse el comercio de servicios, inversión, contratación pública, políticas de competencia y propiedad intelectual, y la UE no debería exigir que los países de ACP tengan que abrir hasta el 80% de sus mercados a las importaciones.
En su lugar, los AAE han de convertirse en instrumentos reales para el desarrollo de los países de ACP – que incluyen muchos de los países más pobres del mundo – y apoyar plenamente procesos endógenos de integración regional, tal y como lo han definido los estados de ACP. Efectivamente, los acuerdos comerciales concertados entre la UE y países individuales de ACP, independientemente del contexto regional, podrían fragmentar los ya débiles procesos de integración regional. En lugar de tales acuerdos, los sindicatos apoyan la inclusión de indicadores de desarrollo en los textos de los AAE, lo que reflejaría las prioridades de desarrollo de los países de ACP, tanto a nivel nacional como regional, y haría que la realización de la liberalización comercial estuviera sujeta al nivel de desarrollo económico y social de cada país en su proceso de integración regional.

“De igual importancia es el llamamiento a capítulos laborales y sociales operativos, eficaces y de peso, como parte íntegra de los AAE”, dijo Ryder. “El comercio nunca podrá ser justo si las ventajas comparativas se basan en la explotación de los trabajadores cuando no se les permite sindicalizarse.”

“El capítulo social debería también ayudar a asegurar que las multinacionales europeas en las países de ACP se impliquen en el diálogo social con los representantes sindicales y que utilicen prácticas responsables desde el punto de vista social y medioambiental, incluiyendo en relación a a sus asociados y proveedores locales”, añadió Monks. “Además, la UE debería financiar la cooperación técnica para ayudar a los países de ACP con la implementación de las normas del trabajo de la OIT, para incrementar el enfoque e impacto de la asistencia para el desarrollo en materia de igualdad de género así como en el apoyo a las actividades sindicales y el desarrollo de sus capacidades.”

Por último, tal y como vienen argumentando repetidamente los sindicatos y las organizaciones de la sociedad civil, los AAE han de ser transparentes. Las negociaciones de los AAE no deben mantenerse en secreto y los interlocutores sociales deberán ser claramente informados y consultados. No menos importante es la implicación de los Parlamentos nacionales de los países de ACP en los procesos de negociación y ratificación.


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