Bruselas, 19 de mayo de 2008: La CSI condenó la decisión del Ministerio de Justicia y de las autoridades de inmigración de Corea del Sur de deportar al Presidente Torna Limbu y al Vicepresidente Abdus Sabur del sindicato de migrantes MTU (Migrant Trade Union), afiliado a la central sindical coreana Korean Confederation of Trade Unions –KCTU. La decisión se tomó al mismo tiempo que tenían lugar manifestaciones en Seúl, Cheongju, Daegu y Busan para protestar por la detención de los dos líderes del MTU, ocurrida 13 días antes.
El 15 de mayo, el Presidente Torna y el Vicepresidente Sabur fueron llevados al centro de detención para extranjeros de Cheongju y, unas horas más tarde, fueron obligados a subirse a un avión en el aeropuerto de Incheon. Los dos fueron expulsados de Corea del Sur, aproximadamente a las 21.30 horas y llegaron a sus países de origen el día siguiente por la tarde tras una escala en Bangkok, donde fueron retenidos en el centro de detención del aeropuerto.
Según la KCTU, se esperaba que el Ministerio de Justicia intentara llevar a cabo la deportación en algún momento. Sin embargo, no se esperaba tan pronto y sin duda alguno no el día 15. Ese día, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de Corea del Sur había aceptado un recurso del MTU para aplazar la deportación mientras se llevara a cabo la investigación sobre las violaciones a los derechos humanos relacionadas con la detención de los dos dirigentes sindicales.
El Ministerio de Justicia fue informado verbalmente de esta decisión, y se piensa que por este motivo se apresuró a llevar a cabo la deportación antes de recibir la notificación formal.
La CSI apoya a la KTCU y su organización afiliada, MTU, en su condena del uso de deportación selectiva como un medio para privar a los trabajadores y trabajadoras migrantes de su derecho a la libertad sindical. El derecho a organizar un sindicato es de crucial importancia para mejorar las condiciones de los trabajadores migrantes, y el gobierno de Corea del Sur está utilizando la deportación como un medio de represión antisindical. Desde su creación en 2005, todos los dirigentes del MTU han sido deportados rápidamente después de ser oficialmente declarados dirigentes del sindicato.
"Millones de migrantes están sufriendo condiciones de trabajo y de vida inhumanas en todo el mundo", declaró Guy Ryder, Secretario General de la CSI. "Son trabajadores como cualquier otro y a los trabajadores debe dárseles el derecho a afiliarse a un sindicato y a tener representación sindical sin el constante temor a la deportación o la persecución", añadió.
La CSI representa a 168 millones de trabajadoras y trabajadores en 155 países y territorios y cuenta con 311 afiliadas nacionales:
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