Un acuerdo secreto concluido entre Israel y Qatar dejaría de hecho en manos de Qatar el control de los limitados esfuerzos de reconstrucción desplegados hasta la fecha, mientras los compromisos de ayuda provenientes del resto del mundo quedarán paralizados.
Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI, afirmó: “Asignar a Qatar el control de las labores de reconstrucción no ofrece ninguna garantía de seguridad a Israel, y haría que las perspectivas de paz y de desarrollo democrático en Palestina sean aún más remotas. La comunidad internacional debe ejercer una presión real sobre el Gobierno de Netanyahu con vistas a la negociación de una coexistencia pacífica de dos Estados soberanos, en línea con las resoluciones de Naciones Unidas. El punto de partida ha de ser el levantamiento del bloqueo y autorizar una supervisión internacional de la reconstrucción”.