El gobierno de los Estados Unidos podría utilizar su inmenso poder adquisitivo para exigir mejores condiciones laborales en todo el mundo; sin embargo, en la práctica, no utiliza este poder, según concluye un nuevo informe.
Según publica en su blog la federación sindical estadounidense AFL-CIO, “nuestro gobierno hace muy poco para asegurarse de que los dólares procedentes de nuestros impuestos se gastan de manera responsable comprando, ya sea de uniformes, productos electrónicos o alimentos, a compañías que respeten unas condiciones decentes en miles de lugares de trabajo de los Estados Unidos y del mundo entero”.
Sin embargo, un nuevo informe de la Mesa Redonda Internacional sobre Responsabilidad Corporativa, expone varias ideas brillantes para mejorar las compras gubernamentales y su capacidad de promover la protección y el respeto de los derechos humanos de los trabajadores en su propia cadena de suministro. El informe muestra cómo conseguir que se respeten los derechos laborales en los procesos de compra del gobierno y cómo dar incentivos a las compañías contratistas para que opten por el camino correcto.
Algunas propuestas proceden de soluciones ya aplicadas por gobiernos locales y estatales y por universidades, en un empeño por limpiar sus cadenas de suministro. Existen numerosas soluciones innovadoras y eficaces a estos problemas, concluye el informe; muestra de ello es la iniciativa sindical, Acuerdo de Bangladesh sobre Protección contra Incendios y Seguridad en los Edificios, que indica cómo pueden los grandes compradores utilizar su poder adquisitivo para mejorar las condiciones en las cadenas de suministros.