Los sepultureros del ébola en Liberia sufren terribles presiones

Mientras que el número de muertes ocasionadas por el ébola sigue aumentando en Liberia, los equipos de sepultureros tienen que lidiar con los riesgos físicos además de las consecuencias emocionales de enterrar a los muertos de manera segura, muchas veces debiendo afrontar el rechazo de la población local. Inicialmente, equipos del Gobierno y del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) se encargaban de enterrar a los muertos, pero han tenido que reclutar y entrenar a equipos locales para poder hacer frente a la acumulación de cadáveres.

Mientras que el número de muertes ocasionadas por el ébola sigue aumentando en Liberia, los equipos de sepultureros tienen que lidiar con los riesgos físicos además de las consecuencias emocionales de enterrar a los muertos de manera segura, muchas veces debiendo afrontar el rechazo de la población local.
Hasta el pasado 6 de septiembre, el ébola había matado a más de 1.200 liberianos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y más de dos terceras partes de las muertes se produjeron en las últimas tres semanas. El Gobierno de Liberia y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) se encargaron en un principio de enterrar a los muertos, pero han tenido que reclutar y entrenar a personas de las comunidades locales para poder hacer frente a la acumulación de cadáveres.
El servicio global de noticias IRIN informa que en los primeros meses del brote, unos equipos de enterradores agobiados de trabajo llegaban a recoger los cuerpos tres o cuatro días después de que fallecieran, por lo que se elevaba el riesgo de contagio al resto de la familia, puesto que el virus permanece activo en el cuerpo, incluso después de muerto. Ahora los equipos recogen el cadáver el mismo día, según ha aclarado la Secretaria General de la Cruz Roja para Liberia, Fiyah Tamba.
A pesar de esto, los cadáveres aún se acumulan, especialmente en Monrovia, y la gente comienza a protestar.
Los miembros de los equipos de enterradores están estresados a causa de la naturaleza y las presiones que supone su trabajo, teniendo que enfrentarse también al rechazo por parte de las familias de las víctimas y de las comunidades locales.
Cifras de la OMS correspondientes al 6 de septiembre de 2014 incluyen 4.269 casos probables, confirmados y supuestos y 2.288 muertos registrados a causa del actual brote de la enfermedad por parte de los ministerios de sanidad de Guinea, Liberia y Sierra Leona. La ONG Médicos sin Fronteras (MSF), la OMS y los gobiernos de los países afectados han reiterado su llamamiento a otras naciones para que intensifiquen su respuesta para poder controlar la enfermedad.
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