“Estamos profundamente preocupados por lo que está ocurriendo en Ucrania, donde la violenta represión de las manifestaciones ha ocasionado una polarización aún mayor en el país. Instamos al Gobierno a poner fin a la represión de inmediato, y a emprender un diálogo amplio e inclusivo sobre el futuro de Ucrania”, manifestó la Secretaria General de la CSI, Sharan Burrow.
El movimiento sindical ucraniano ha apuntado al papel pernicioso del Fondo Monetario Internacional, que ha venido impulsando ‘reformas’ de la política económica y social que no hacen sino debilitar aún más la economía del país. Las exigencias del FMI de que se congelen los salarios en el sector público, los beneficios sociales y las pensiones, y que además aumenten los costos de los servicios públicos, refuerzan la posición de los poderosos oligarcas cuyo dominio de la economía podría verse amenazado por unas relaciones más estrechas con Europa.