Bruselas, 24 de julio de 2007 : en el día de la fecha, la Confederación Sindical Internacional (CSI) acogió con alivio la noticia de que la las autoridades libias habían liberado a las cinco enfermeras búlgaras y al médico palestino. Esas seis personas estaban en la cárcel desde 1999, acusadas y posteriormente condenadas a muerte supuestamente por haber infectado a 393 niños y niñas con el virus del SIDA. Todas ellas regresaron hoy a Bulgaria, inclusive el médico palestino, a quien se le concedió la ciudadanía búlgara para facilitar su extradición.

Tanto la CSI como sus organizaciones fundadoras –la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL) y la Confederación Mundial del Trabajo (CMT)- habían denunciado sistemáticamente la acusación y condena de esos seis profesionales del sector de salud, elevando protestas ante el líder libio Muammar Qaddafi por haber desatendido por completo el dictamen internacional de expertos que demostraba su inocencia, como así también por haber utilizado tortura para obtener confesiones y por las abrumadoras condiciones en que vivían esas personas durante su confinamiento.

Guy Ryder, Secretario General de la CSI, declaró hoy que estaba “encantado de que esta dura prueba de ocho años de duración hubiera finalmente terminado” para los seis profesionales médicos inocentes y sus familiares. Encomió asimismo la paciente labor realizada por Benita Ferrero-Waldner, de la Comisión de la Unión Europea, en sus negociaciones con Libia y, por sobre todo, la tarea realizada para mejorar el estado de salud de esos centenares de niños y niñas con VIH/SIDA.

La CSI, fundada el 1 de noviembre de 2006, representa a 168 millones de trabajadores de 153 países y territorios y cuenta con 304 afiliadas nacionales.

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