Cámara de Comercio de los EE.UU.

Sinopsis: Nota informativa de la CSI sobre las actividades internacionales de la American Chamber of Commerce

La American Chamber of Commerce (Cámara de Comercio de EE.UU.) y sus aliados no son grupos de interés propiamente dichos. Son “mercenarios” y “sicarios” que actúan en beneficio de grandes corporaciones. Se dedican a:

- Defender el incumplimiento de la ley a escala global;
- Destruir el medio ambiente;
- Corromper procesos políticos en todo el mundo;
- Traficar influencias entre bastidores;
- Actuar de manera encubierta y deshonesta;
- Actuar como cobertura para defender acciones corporativas impopulares y moralmente repulsivas; y
- Aumentar de manera constante su poder.

Los fondos de la Cámara para financiar campañas e influencias ascienden actualmente a cerca de $100 millones al año, o incluso más. Opera con un considerable secretismo y destina grandes sumas de dinero a asegurarse de que muchas de sus actividades permanezcan en secreto.

Con el Director Ejecutivo Tom Donohue al mando, está llevando a cabo de manera agresiva ciertos programas que resultan excesivamente impopulares para que las corporaciones las realicen bajo su propio nombre de marca. Estos programas incluyen el espolio del medio ambiente, denegar a las personas acceso a servicios sanitarios, bloquear la rendición de cuentas por parte de las compañías, y montar ataques contra los derechos sindicales.

Recurren a:

- Litigación, con un importante equipo de juristas, tanto internos como contratados;
- Actividades de presión, con cerca de 200 expertos en la materia; y
- Campañas masivas de relaciones públicas y publicidad.
La Cámara se ha transformado pasando de ser un grupo empresarial medianamente conservador a uno dispuesto a defender cualquier posición, sin importar cuan extrema sea, siempre y cuando se le pague por ello.

Se dedica a promover posiciones pro-corporativas extremas en acciones de presión, brindar apoyo a corporaciones en importantes litigios y al tráfico de influencias con destacados políticos en el mundo entero. Desarrolla agresivas campañas contra los derechos de los trabajadores, los derechos civiles, la democracia y las acciones respecto al cambio climático. Está ampliando su huella global exportando su modelo de organización ‘a sueldo’ a otras divisiones locales en todo el mundo.

La Cámara sirve como ‘grupo frontal’ en los tribunales, ante los medios de comunicación, y en instancias gubernamentales. Está ahora activamente implicada en la promoción de causas inmorales e impopulares, tanto en EE.UU. como en el extranjero, incluyendo:

- Luchar activamente contra los derechos sindicales básicos con publicidad, procedimientos legales y acciones de presión;
- Intentar cerrar las vías para la obtención de reparación legal en causas derivadas de una actuación inadecuada por parte de las empresas, como por ejemplo demandas colectivas;
- Ayudar a las corporaciones estadounidenses a eludir la posibilidad de ser juzgadas en tribunales extranjeros;
- Intentar suprimir derechos de voto; y
- Defender los esfuerzos corporativos para influir en secreto el proceso político, evitar multas y penalizaciones por infringir la ley, actuar de forma imprudente ocasionando daños, y dañar el medio ambiente.

La Cámara apoya abiertamente los intereses de empresas que se benefician del empleo de mano de obra infantil o del asesinato de organizadores sindicales.

Entre sus actividades más extremas figuran:

Promover el soborno internacional:

La Cámara está ejerciendo presiones para debilitar o derogar la Ley sobre Prácticas Corruptas en el Extranjero, facilitando así que corporaciones estadounidenses puedan sobornar a funcionarios extranjeros. De tener éxito, EE.UU. dejaría de cumplir con un acuerdo anti-corrupción de la OCDE adoptado por todos los Estados miembros.

Defender el trabajo infantil:

La Cámara promueve activamente la venta de algodón proveniente de Uzbekistán, en cuya producción se recurre al trabajo infantil forzoso. La Cámara está intentando promover el comercio entre EE.UU. y Uzbekistán a través de la Cámara EE.UU./Uzbekistán. El director de ese grupo, Donald Nicholson, comentó en una conferencia de prensa: “No voy a rechazar el algodón de Uzbekistán simplemente porque se utilice trabajo infantil en su producción... si resulta rentable para mi negocio, seguiré haciéndolo.”

Luchar contra los derechos en China:

A través de la Cámara de Comercio de EE.UU. en Shangai y el Consejo Empresarial EE.UU./China, se intenta evitar que los trabajadores/as chinos obtengan derechos de sindicalización y negociación colectiva, puedan negociar políticas y procedimientos relacionados con el lugar de trabajo, obtengan compensación en caso de despido, y reciban contratos laborales legalmente vinculantes. La Cámara recurre a subsidiarios para combatir esta liberalización del régimen chino. También ha hecho campaña en contra de incrementos de los salarios mínimos.

Obstruir causas legales internacionales respecto a la destrucción del medio ambiente:

La Cámara ha proporcionado asistencia legal y otros recursos para impedir que los tribunales ecuatorianos obtuviesen $20 millones de compensación en una causa medioambiental contra Chevron Oil. También se está esforzando por obstaculizar o impedir que los tribunales extranjeros puedan imponer penalizaciones por daños y perjuicios contra cualquier compañía estadounidense en general.

Promover acuerdos de libre comercio sin protección de los trabajadores/as:

La Cámara ha venido promoviendo activamente acuerdos de libre comercio entre EE.UU. y otros países y regiones, recientemente con Corea del Sur, Panamá y Colombia. Afirma que estos acuerdos crearán gran número de puestos de trabajo sin aportar pruebas fehacientes de ello, y en contra de evidencias claras de que en realidad van a costar empleos decentes. Se esforzó por retirar o debilitar las disposiciones sobre protección de los trabajadores de dichos acuerdos, y ha venido promoviendo el acuerdo con Colombia cuando cientos de sindicalistas eran asesinados en aquel país.