“El movimiento sindical se siente especialmente preocupado por la violencia que sufren las mujeres, ya sea en la esfera privada, pública o laboral”, ha declarado Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI. “Los sindicatos tienen un papel esencial que desempeñar, empezando por denunciar los hechos y romper el silencio.”
Las mujeres que se encuentran en una situación precaria en el trabajo se ven particularmente afectadas, como les sucede a las trabajadoras del hogar, un grupo poco considerado, ampliamente explotado y generalmente no protegido por las legislaciones laborales. Las trabajadoras migrantes se ven también muy expuestas a los riesgos de la violencia.
Para esta jornada internacional, la CSI y la ICEM publican un nuevo informe “Violencia contra las mujeres en el este de la República Democrática del Congo: ¿Qué responsabilidades? ¿Qué complicidades?”. El informe pone de relieve la dimensión económica del conflicto y la relación que guarda con la violencia que sufren las mujeres.
El control de los recursos naturales y minerales del Congo siempre se ha disputado, y esas enormes riquezas son las que alimentan los conflictos del país y las que contribuyen a enriquecer a los grupos militares y rebeldes que recurren a la violencia sexual como táctica de guerra. Según un reciente informe del PNUD, el valor estimado de las reservas minerales no explotadas de la RDC sería de 24 billones de dólares.
La industria electrónica es una gran usuaria de estos minerales provenientes en particular de la RDC, indispensables para la fabricación de ordenadores, teléfonos móviles y otros aparatos electrónicos. Los instrumentos establecidos a nivel internacional, como la Ley estadounidense Dodd-Frank o la Guía de la OCDE, son útiles, pero no van lo suficientemente lejos. Es muy lamentable que la Comisión Europea no haya atendido todavía la resolución del Parlamento en la cual se reclaman medidas legislativas.
Pero los intereses económicos en juego son enormes, tal y como lo demuestra la enérgica oposición de la Cámara de Comercio estadounidense a la Ley Dodd- Frank, al intentar diluir las nuevas medidas de control y de seguimiento elaboradas por la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) y retrasar su implementación.
Hay que proteger urgentemente a las poblaciones y garantizar un trabajo decente para los hombres y las mujeres que son explotados en las minas de la zona este del país.
Mientras la campaña electoral de la República Democrática del Congo está en su apogeo, los sindicatos congoleños, la UNTC, la CSC y la CDT denuncian la pobreza endémica, la corrupción galopante y la ausencia de trabajo decente.
“Hay que acabar con la impunidad y es preciso que se haga justicia para las tantísimas mujeres víctimas de estos conflictos. Los poderosos intereses económicos vinculados a los recursos minerales de la región tienen que dejar de primar sobre el respeto a la vida y a la dignidad de las mujeres”, ha expresado Sharan Burrow. Lo mismo se aplica a la responsabilidad del Gobierno que sea elegido, con respecto a la implementación de un dispositivo legislativo y represivo eficaz para combatir todas las formas de violencia contra las mujeres”, añade Burrow, lamentando la fragilidad de la participación de las mismas en la vida política del país.
La CSI publica asimismo un nuevo reportaje, “Stop a la violencia y a la impunidad: justicia para las mujeres de la RDC”, en el cual se abordan numerosas discriminaciones, explotaciones y el aislamiento que sufren las mujeres congoleñas.
