El pasado 26 de septiembre, un grupo de alumnos de magisterio fue interceptado por patrullas policiales mexicanas que abrieron fuego. Más tarde, los jóvenes serían atacados por individuos no identificados en Iguala, estado de Guerrero.
Como resultado de la violencia, al menos seis personas murieron, 17 resultaron heridas, y se desconoce el paradero de 43 jóvenes.
“Lamentablemente, no se trata de hechos aislados, sino de las consecuencias de la impunidad imperante. Al día de hoy más de 20.000 personas siguen desaparecidas en México, según cifras de su gobierno”, afirmó la secretaria general de la CSI, Sharan Burrow, en una carta al Presidente Enrique Peña Nieto.
Los estudiantes de magisterio de Guerrero, tienen una tradición contestataria y de lucha social en un Estado pobre y campesino. Asimismo, desde la aprobación de la reforma educativa en 2003, las protestas de estudiantes y sindicatos de la educación han intensificado.
El día 8 de octubre, miles de mexicanos salieron a las calles el miércoles para exigir justicia y exigir que las autoridades federales y regionales devuelvan a los estudiantes con vida.