Los hospitales locales han informado a Médicos sin Fronteras de que aproximadamente 3600 personas han recibido tratamiento por síntomas claramente neurotóxicos, de las cuales 355 han fallecido.
“Se trata de la cuarta vez, y la más seria, que se utilizan armas químicas en el conflicto sirio. Mientras el régimen de Asad demora la aprobación para la visita de inspección de la ONU, el equipo de la ONU tiene que tratar de esclarecer todos los hechos con relación al uso de estas armas espantosas, y cualquier indicio que permita delatar a los autores de este ataque”, ha expresado Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI.
Las fuerzas de Asad llevaron a cabo un intenso bombardeo de artillería en esta zona los días posteriores al ataque, reforzando las sospechas de que sean ellas las responsables del ataque. Siria es uno de los siete países que se han negado a firmar la Convención de la ONU sobre Armas Químicas.
“La comunidad internacional debe intensificar los esfuerzos para encontrar una solución política que ponga fin a la violencia en Siria, y tiene que actuar con carácter de urgencia para impedir que se vuelvan a utilizar estas armas atroces. Los responsables de los ataques deben ser llevados ante la justicia”, añadió Burrow.