Reunión de finanzas del G7 en Tokio. Los sindicatos reclaman una respuesta fiscal y monetaria enérgica y coordinada para contrarrestar la crisis económica

En vísperas de la reunión de Tokio de ministros de finanzas y bancos centrales, la CSI, la Confederación Europea de Sindicatos y la Comisión Sindical Consultiva (CSC) ante la OCDE le han reclamado a los gobiernos que respalden el llamamiento del Director Gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, para que se dé una respuesta fiscal coordinada a la actual crisis económica.


Bruselas, 6 de febrero de 2008 (La CSI EnLínea): En vísperas de la reunión de Tokio de ministros de finanzas y bancos centrales, la CSI, la Confederación Europea de Sindicatos y la Comisión Sindical Consultiva (CSC) ante la OCDE le han reclamado a los gobiernos que respalden el llamamiento del Director Gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, para que se dé una respuesta fiscal coordinada a la actual crisis económica. Los sindicatos también han instado al Banco Central Europeo a seguir los pasos de la Reserva Federal en cuanto a tomar las medidas políticas necesarias para recortar las tasas de interés.

El 30 de enero Strauss-Kahn, ante el bajón que hubo en la situación económica mundial, reclamó “un estímulo fiscal oportuno y con fines precisos”, de manera tal que se respalde el consumo privado. Las reacciones monetarias de los bancos centrales a la intensificación del bajón económico y financiero mundial de finales de 2007 y comienzos de 2008 fueron convenientes pero insuficientes. La crisis fue desencadenada hace un año por la creciente burbuja estadounidense del mercado inmobiliario, la crisis de las hipotecas de alto riesgo (ndt: crisis subprime o de alto riesgo) y los mercados financieros no reglamentados, poco transparentes y con un elevado nivel de endeudamiento. Se consiguió mantener a flote el sistema bajando las principales tasas de interés de los bancos centrales o inyectando liquidez en el sistema bancario. Pero entre los participantes de los mercados financieros se desvaneció la confianza y los bancos terminaron limitándose a prestarse dinero mutuamente. En todas las economías de la OCDE y en las principales economías en desarrollo se están haciendo más rígidas las condiciones de los préstamos para particulares y empresas.

Existe un verdadero peligro de que se produzca una grave recesión en los Estados Unidos y en los países de la OCDE, que repercutiría en muchos países en desarrollo. La reunión de finanzas del G7 del martes tiene que examinar seriamente el llamamiento que hiciera el Director del FMI. No obstante, tendría que reforzarse cualquier discusión sobre los “estímulos fiscales”. No bastará con continuar haciendo más concesiones fiscales a las empresas, como las que comporta el paquete de US$150.000 millones del Presidente Bush.

Los sindicatos consideran que los Ministros de Finanzas del G7 deberían establecer una estrategia coordinada sobre políticas amplias y diversificadas con respecto a la demanda, estrategia que debería incluir un respaldo para que aumenten los salarios. El estancamiento de estos últimos es una de las razones fundamentales de los problemas económicos que tienen en este momento las familias de trabajadores de toda la OCDE. La proporción de los ingresos nacionales que se destinan a los salarios ha venido disminuyendo durante años en todo el mundo. El 31 de enero, la OCDE dio a conocer cifras que demuestran que los costos laborales de la industria disminuyeron en la mayor parte de las economías de la OCDE durante el tercer trimestre de 2007. El hecho de poner término al estancamiento de los salarios no sería una medida inflacionaria sino que respaldaría el crecimiento. En Europa, el reciente aumento de los precios de los productos básicos y de la energía, con la consecuente inflación, afectó el poder adquisitivo de los trabajadores comunes. El crecimiento de los países en desarrollo se fomentaría con la cancelación de la deuda y con ayuda al desarrollo, factores que permitirían que las personas que tienen muchas necesidades no satisfechas puedan aumentar su nivel de consumo.

Los gobiernos también deben hacer frente a los desequilibrios estructurales que contribuyen a que aumente la compresión salarial y que son el origen del actual desequilibrio económico y financiero mundial, a saber: la dependencia de la inflación de los activos por parte de los bancos centrales, los desequilibrios comerciales estructurales que han propulsado la inflación de los activos y la falta de una reglamentación adecuada de los mercados financieros mundiales.

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