Resultados preliminares clave de una delegación conjunta de la FIDH y la CSI sobre Birmania

Luego de que el pasado mes de septiembre fueran reprimidas en Birmania manifestaciones pacíficas, la Confederación Sindical Internacional (CSI) y la Federación Internacional para los Derechos Humanos (FIDH) decidieron (...)

París - Bruselas, 24 de octubre de 2007: Luego de que el pasado mes de septiembre fueran reprimidas en Birmania manifestaciones pacíficas, la Confederación Sindical Internacional (CSI) y la Federación Internacional para los Derechos Humanos (FIDH) decidieron enviar una delegación internacional conjunta para hacer averiguaciones en la frontera tailandesa con Birmania, con el fin de recopilar información directa sobre la ola represiva. El objetivo era también discutir con agrupaciones birmanas pro democráticas y defensoras de los derechos humanos las estrategias internacionales que podrían contribuir a la democratización del país.

La delegación, compuesta por cuatro personas procedentes de Australia, Bélgica y Tailandia, estuvo del 13 al 21 de octubre en Bangkok y en la frontera entre Tailandia y Birmania. La delegación no fue a Rangún ni a la zona central de Birmania porque eso hubiera implicado demasiados riesgos para las personas que se entrevistaran.

“Entrevistamos a 13 personas que participaron en las manifestaciones en Birmania y tuvieron luego que huir a Tailandia. Ya no estaban seguras en Birmania porque habían sigo seguidas, se habían allanado sus viviendas y se habían publicado sus fotos”, dijo Alison Tate, delegada de la misión representando a la CSI.

“Si bien todavía no puede darse una cifra exacta y comprobable de los muertos o heridos, podemos afirmar que la represión fue brutal y sistemática. La mayoría de los participantes vieron caer a otras personas muertas a balazos o a golpes”, dijo Gaëtan Vanloqueren, miembro de la misión por la FIDH y portavoz de Actions Birmanie. Es la primera vez que los monjes fueron blanco directo de la represión. “Los arrestos todavía continúan. Ahora, el régimen se lleva a familiares como rehenes cuando la persona buscada no está en casa. La junta militar (SPDC) está efectuando muchísimos arrestos arbitrarios, tanto en Rangún como en el resto del país”, agregó.

Diversas personas y organizaciones que se reunieron con la delegación de la FIDH/CSI creen que la SPDC no está auténticamente decidida a llevar a cabo un proceso de diálogo político. “El régimen procura ganar tiempo esperando que los medios informativos pierdan interés. Es la maniobra dilatoria que utiliza el régimen desde hace años. La propuesta de Than Shwe iba acompañada de inaceptables condiciones para Aung San Suu Kyi, al tiempo que continúan los arrestos masivos y otras medidas represivas”, dijo Olivier De Schutter, Secretario General de la FIDH. Todas las organizaciones mencionaron que la prioridad máxima para un auténtico diálogo es la liberación de todos los presos políticos, incluyendo a Daw Aung San Suu Kyi y Ko Ming Ko Naing.

La tarea encomendada a Gambari, asesor especial del Secretario General de la ONU, no puede tener éxito si no aumenta la presión de la comunidad internacional. “La comunidad internacional debe estipular hitos y un calendario para el año próximo y evaluar todos los meses los adelantos realizados”, dijo Guy Ryder, Secretario General de la CSI.

“Los mensajes negativos que se envían a la SPDC se deben combinar con mensajes de aliento para el pueblo birmano”, agregaron Vanloqueren y Tate, integrantes de la delegación. Todas las organizaciones del movimiento democrático birmano en el exilio reiteraron su llamamiento para que se apliquen inmediatamente sanciones sobre el comercio y las inversiones en los tres principales sectores económicos que proporcionan un apoyo vital al régimen militar (petróleo-gas, madera y minería, lo que abarca gemas y minerales). Si bien en Birmania hubo un 2000 por ciento de aumento de las inversiones extranjeras directas entre 1995 y 2005, el 95 por ciento de la población vive con menos de US$0,65 diario. “Las sanciones afectan al régimen y a su camarilla, no al pueblo, que vive de la agricultura o de la economía informal”, se le dijo reiteradas veces a los integrantes de la delegación. Las sanciones económicas de la UE, si bien no tienen tanta repercusión como el congelamiento del comercio entre Birmania y China o entre Birmania y los países del ASEAN, son consideradas por los demócratas birmanos una cuestión moral y una señal positiva para las personas que habitan en suelo birmano.

Las organizaciones con las que se entrevistó la delegación también se refirieron a la manera de que los generales de la SPDC respondieran por los crímenes que cometieron. La mayoría de las personas entrevistadas estimaban que si se aumenta la presión, eso podría ser una ayuda y no un perjuicio para las actuales posibilidades de diálogo político.

Las causas profundas de libertad sindical protestas no se han eliminado. El aumento del precio del petróleo, las generalizadas violaciones de los derechos económicos y sociales y las graves restricciones de las libertades civiles, la falta de un imperio de la ley y la impunidad de las autoridades hacen que más que nunca se desee un cambio.

Si, como dijera un residente birmano que participó en las manifestaciones “esto no ha terminado”, es necesario que la comunidad internacional reaccione con urgencia.

Como señaló Daw Aung San Suu Kyi, “las dictaduras no son eternas”. También dijo: “Por favor, utilicen su libertad para promover la nuestra”. Hoy más que nunca deben tenerse presente esas dos citas juntas: Los demás países pueden conseguir que se acelere la transición hacia la democracia.

Para solicitar entrevistas:

Olivier De Schutter: +32 (0) 264 042 95

Gaëtan Vanloqueren: +32 (0) 472 331 771

CSI – Mathieu Debroux: + 32 (0) 476 621 018


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