Primer plano de Ath Thorn (CLC/CCAWDU- Camboya)

"Las empresas exportadoras utilizan subcontratistas para no cumplir con la legislación laboral"

En Camboya, uno de los países señalados como infractores en el último Informe anual sobre las violaciones de los derechos sindicales de la CSI, fueron despedidos más de 800 trabajadores y trabajadoras tras la huelga generalizada que tuvo lugar en la industria textil el mes de septiembre. Sindicatos amarillos favorecidos por las autoridades y contratos de corta duración son las tácticas antisindicales que expone Ath Thorn, Presidente de la Confederación CLC (1) y de la coalición sindical de trabajadores de la confección CCAWDU (2) y pide que se continúe la presión internacional a favor de la reintegración de los trabajadores despedidos y el cese de los procedimientos judiciales en su contra.

¿Cuáles son los principales obstáculos a la libertad sindical en Camboya?

La técnica más utilizada por las empresas antisindicales es el uso de contratos de corta duración. Cuando organizamos un sindicato en una fábrica, los empleadores tienden a no renovar el contrato de nuestros miembros. A veces los acusan de cometer faltas profesionales para justificar la no renovación del contrato. Es así como el empleador muestra su desacuerdo con la creación del sindicato, pero sin mostrarlo abiertamente.

El uso de contratos de corta duración también permite a las empresas evitar el pago de la licencia de maternidad (porque las mujeres embarazadas no son contratadas de nuevo) o pagar complementos salariales por antigüedad. Algunos trabajadores son empleados por tres meses y luego tienen que dejar de trabajar un día antes de ser recontratados por un nuevo período de tres meses. Estos períodos de tres meses pueden sucederse uno tras otro durante muchos años.

Otro problema es que los sindicatos amarillos, o próximos al Gobierno pueden registrarse fácilmente, pero no así los sindicatos independientes. Algunos de nuestros sindicatos han tenido que esperar más de un año para obtener su registro, mientras que los sindicatos amarillos son registrados en uno o dos días.

¿Cómo pueden las autoridades justificar estas diferencias de trato?

Cuando llevamos a cabo elecciones sindicales y tratamos de registrar nuestro sindicato en el Ministerio de Trabajo, algunas empresas que colaboran con este ministerio tratan de encontrar el más mínimo error en el procedimiento de registro. Según la legislación, el procedimiento no puede durar más de dos meses, pero precisamente antes de la expiración de dicho plazo, recibimos un aviso señalando un error, por ejemplo, en el nombre, edad o dirección de un responsable, y hay que empezar de nuevo todo el proceso. Esperan dos meses para indicarnos un error, y como esta situación puede reproducirse cinco o más veces, el registro puede demorarse un año. En el caso de los sindicatos amarillos, el ministerio hace caso omiso de estos errores. Asimismo, el ministerio puede retrasar el registro con el pretexto de que la empresa ha presentado una u otra queja.

¿Qué proporción de trabajadores son empleados por contratos de corta duración?

Todas las empresas de Camboya recurren a los contratos de corta duración. Sólo las empresas orientadas a la exportación emplean a algunos de sus trabajadores con contratos permanentes. Estos representan solamente el 10% de la mano de obra de Camboya. En el sector de la confección, el mayor empleador privado cuenta con 370.000 trabajadores (450.000 si se tienen en cuenta a los subcontratistas que actúan fuera de todo marco legal), aproximadamente el 60% de los trabajadores están empleados con contratos de corta duración.

La mejora de las condiciones de trabajo es un argumento esgrimido por las fábricas de prendas de vestir de Camboya para atraer a las principales marcas mundiales. ¿Cuál es la situación sobre el terreno?

En Camboya existen más de 500 empresas dedicadas a la confección. Alrededor del 10% cumplen plenamente la legislación laboral, alrededor del 40% la cumplen parcialmente y el 50% no la cumplen en lo más mínimo. Este 50% corresponde generalmente a los subcontratistas, los cuales se oponen a la creación de sindicatos, recurren a veces al trabajo infantil, el trabajo a domicilio, etc. Las empresas exportadoras utilizan estos subcontratistas para pasar por encima de las leyes laborales sin revelar su existencia.

En Camboya, si una empresa no tiene licencia, no se puede exportar. Sin embargo, una empresa que posee una licencia de exportación debe aceptar ser vigilada por el Programa Better Factories de la OIT (3), que supervisa las condiciones de trabajo. Actualmente, alrededor de 300 empresas son supervisadas por la OIT... pero más de 200 no lo son. Estas 200 fábricas son subcontratistas. A menudo ni siquiera tienen nombre. Transfieren su producción a la empresa principal que las exporta a todo el mundo, la vende a clientes como Gap, H&M, Inditex, etc. Oficialmente, estos clientes dicen que no saben nada, o que no aceptan que sus proveedores utilicen subcontratistas, pero forzosamente lo saben, ya que cuando uno de sus proveedores emplea a 3.000 trabajadores y produce más de lo que esta mano de obra es capaz de fabricar, quiere decir que algo no cuadra. Algunas empresas utilizan hasta veinte subcontratistas.

Su sindicato organizó en septiembre de 2010 una de las mayores huelgas jamás vistas en Camboya, salieron a la calle más de 200.000 trabajadores y trabajadoras. ¿En qué contexto se llevó a cabo?

Un estudio de investigación realizado por el CIDS (Instituto de Estudios para el Desarrollo de Camboya) en colaboración con la regional de Asia de la FITTVC (4) calculó que el salario de subsistencia de un trabajador en Phnom Penh era de USD 93. Sin embargo, en el sector de la confección, el salario mínimo era de sólo USD 50. Durante las negociaciones en el Comité Consultivo del Trabajo en 2010, pusimos sobre la mesa la cifra en USD 93, pero los empleadores ofrecieron solamente USD 55, es decir, el mismo incremento de USD 5 obtenido durante las negociaciones de 2000 y 2006. Con el subsidio de subsistencia de USD 6 concedido durante la crisis económica de 2008, las empresas ofrecían en total USD 61. Los siete representantes de los empleadores, los catorce funcionarios representantes del Gobierno y cinco de los siete representantes de los sindicatos que integran este Comité consultivo acordaron este salario mínimo de USD 61. Sólo mi sindicato y la Confederación Nacional de Camboya (CNC) estaban en contra, porque este aumento no tomaba en cuenta los resultados del estudio de investigación y, sobre todo, porque los trabajadores no pueden vivir con semejante ingreso. El Comité consultivo también aprobó una cláusula según la cual no podíamos negociar otro aumento salarial antes de 2014, lo que es contrario a la ley.

Emitimos un comunicado de prensa anunciando nuestro rechazo a la decisión del Comité Consultivo del Trabajo, pero no teníamos derecho a ir más lejos sin el acuerdo de los trabajadores. Así que organizamos un foro de consulta, cerca de 5.000 trabajadores y trabajadoras procedentes de todo el país vinieron a unirse a nosotros en Phnom Penh. Nos autorizaron a hacer huelga si las empresas y el Gobierno no aumentaban los salarios. También recogimos 80.000 huellas dactilares de los trabajadores que apoyaban la huelga. Escribí al Gobierno y a GMAC (la Asociación de productores de prendas de vestir de Camboya) para pedirles una renegociación, pero ellos prefirieron adherirse a la decisión del Comité consultivo, donde hay una gran cantidad de sindicatos amarillos. Por tanto, organizamos una huelga general del 13 al 16 de septiembre. El primer día, se nos unieron unos 60.000 trabajadores; el segundo, unos 110.000 y, el tercero, llegaron más de 200.000 trabajadores y trabajadoras. Frente a este apoyo masivo, el Gobierno accedió a negociar con la condición de que pusiéramos fin a la huelga.

¿Fue difícil conseguir que 5.000 trabajadores participaran en una reunión sindical en Phnom Penh?

La CCAWDU cuenta con 47.000 miembros, la CLC con 63.000. Esperábamos la participación de más de 5.000 trabajadores en el foro, pero la policía impidió el acceso a Wat Botum Park, donde debía celebrarse. Los que vinieron estaban muy motivados; atravesaron todo Phnom Penh a pie para llegar al lugar que fijamos en el último momento.

¿Ha recibido amenazas debido a la huelga?

El 17 y el 28 de agosto, personas no identificadas llamaron a dos de mis compañeros para amenazarme. En la llamada del 28 de agosto a las 17.15 horas, el desconocido dijo: “Avisa a tu jefe que no se sienta muy fuerte, que tenga cuidado”.

¿Esta huelga fue objeto de represión?

La policía, las autoridades locales y militantes de sindicatos amarillos usaron la violencia contra los trabajadores en huelga. Hubo varios heridos. Después de la huelga, 25 fábricas despidieron o suspendieron a más de 800 trabajadores y trabajadoras debido a su participación en el movimiento. Las más altas autoridades del país (incluido el Primer Ministro) y varios grandes clientes internacionales expresaron su deseo de que estos trabajadores fueran contratados de nuevo, pero hasta el momento, 141 trabajadores de 13 fábricas todavía no han podido reintegrar sus puestos de trabajo. Los empleadores también presentaron denuncias contra los dirigentes sindicales, exigiendo una indemnización por las pérdidas relacionadas con la huelga. Instamos a nuestros aliados internacionales, como CSI, a mantener la presión para garantizar que todos los trabajadores puedan recuperar su puesto de trabajo y que las empresas abandonen sus acciones judiciales.

La huelga también ha tenido como efecto el que muchos trabajadores y trabajadores desearan afiliarse a la CCAWDU, lo que ha provocado furor. Así ocurrió en la fábrica de confección United Apparel Garment, donde los trabajadores afiliados a la IDUF (Independant & Democratic Union Federation) decidieron abandonar esta federación, a la que consideraban como demasiado cercana a los empleadores para afiliarse a la CCAWDU en noviembre de 2010. Poco después de su cambio de afiliación, el dirigente de su sindicato, Sous Chantha, fue detenido en un retén de la policía militar cuando regresaba a su casa en motocicleta. Al registrar su moto, la policía encontró debajo del asiento nueve pequeños paquetes de píldoras. Sous Chantha fue detenido y puesto en detención preventiva por tráfico de drogas. Será juzgado el 24 de junio 2011. Estamos convencidos de que toda esta historia es una operación preparada para castigar a Sous Chantha por haber cambiado su afiliación sindical. De hecho, se observan varias incoherencias en el informe de la policía militar.

¿Pudieron negociar un aumento salarial?

Los empleadores se negaron a renegociar el salario mínimo decidido por el Comité Consultivo del Trabajo. No obstante, en marzo de 2011 pudimos llegar a un acuerdo para que se aumenten los complementos salariales por antigüedad, la asistencia regular al trabajo y un aumento de la provisión para las comidas durante las horas extraordinarias. Estos incrementos representan un aumento de más de USD 10 dólares en relación con el salario base.

Entrevista realizada por Samuel Grumiau

(1) CLC, Cambodian Labour Confederation (Confederación del Trabajo de Camboya)

(2) CCAWDU, Coalition of Cambodian Apparel Workers Democratic Union (Coalición Sindical Democrática de los Trabajadores de la Confección de Camboya)

(3) Véase betterfactories.org y Visión Sindical: Camboya: Gobierno y patronal se alían para socavar los derechos sindicales

(4) El estudio de investigación puede consultarse aquí