Uber ha recibido ataques en numerosos países por el hecho de haber erosionado los ingresos y las condiciones de trabajo de las mujeres y los hombres que se ganan la vida conduciendo un taxi, y ha tenido que afrontar una serie de acusaciones de prácticas antisindicales, violaciones de la vida privada y riesgos para la salud y la seguridad.
Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI, ha dicho: “Uber no crea puestos de trabajo, sino que reemplaza empleos, ya existentes y regulados, de chóferes de taxi, por trabajos mal pagados, precarios y explotadores. Parece que, en este caso, la ONU Mujeres está vendiendo sus principios al peor postor. Este importante órgano de la ONU no debería ser secuestrado por las grandes empresas – debería comprometerse y colaborar con los sindicatos, las organizaciones que representan a las mujeres trabajadoras, y ayudar a los sindicatos en su lucha diaria por los derechos de las mujeres y el trabajo decente.
Muchos chóferes de taxi tienen ya bastantes dificultades para llegar a fin de mes. Reemplazar un millón de puestos de trabajo existentes con el tipo de condiciones de empleo que exige Uber no hará sino marginar a las mujeres, arrastrándolas a uno de los ejemplos más agresivos de informalización del trabajo que existe hoy en día. El movimiento sindical internacional solicita a ONU Mujeres que reconozca haberse equivocado y que deje de permitir ser utilizado como una herramienta de relaciones públicas para una corporación a la que lo único que importa son sus propios beneficios.”
Para más información: http://www.ituc-csi.org/ituc-statement-on-un-women-and?var_mode=calcul