Rose Point, venerable de la Primera Nación Musqueam, dio la bienvenida a los delegados al territorio del pueblo de Coast Salish el día 21 de junio, fecha en que se celebra el Día Nacional de los Aborígenes en Canadá. Sé que todos ustedes están aquí con mente y corazón abiertos, trabajando por nuestras generaciones futuras para que podamos aprender a vivir en paz y armonía, dijo.
Columbia Británica es una región excepcional en Canadá porque la mayor parte de la provincia es territorio aborigen no cedido; tierra a la que jamás se ha renunciado por guerras ni tratados. No obstante, los pueblos de las Primeras Naciones siguen luchando para que sus derechos tradicionales a la tierra y al autogobierno sean plenamente reconocidos.
La provincia es también admirable por su colorido movimiento sindical basado en los sectores maderero, minero y pesquero, que hoy en día incluye también un sector sindical de los servicios públicos fuerte y progresista. El 35% de los trabajadores de Columbia Británica son miembros sindicales, lo cual representa el segundo índice de sindicalización de Norteamérica.
Pero Columbia Británica también ha estado gobernada durante la pasada década por un partido conservador neoliberal, cuyo imperio estuvo marcado por recortes masivos a los servicios públicos y programas sociales, la desregularización de normas medioambientales y la privatización de recursos públicos como la energía hidráulica. Esta provincia, rica en recursos, registró el vergonzoso récord del mayor índice de pobreza infantil en Canadá, durante siete años seguidos.
Los problemas e injusticias a las que muchos delegados de la CSI se enfrentan a diario están reflejados en el microcosmos de las comunidades de Columbia Británica. Pero tal y como los delegados escucharon durante la jornada de apertura del Congreso Mundial, la solidaridad entre los trabajadores y trabajadoras a través de las culturas nos potenciará a todos.
