Sharan Burrow, secretaria general de la CSI, ha expresado: “Apoyamos al pueblo de Myanmar en su determinación para acabar con la dictadura asesina de la junta militar y restablecer la democracia en el país.

“Hacemos un llamamiento a toda la comunidad internacional para que también se solidarice con ellos y para que suspenda todo tipo de cooperación o convenio con los generales, así como los graves vínculos comerciales con los militares. Los apologistas del régimen que pretenden beneficiarse de la supresión violenta de todo un país deben afrontar las consecuencias legales y económicas”.

A pesar del asesinato de decenas de personas por orden de los militares, la resistencia entre los trabajadores y el conjunto de la población sigue siendo fuerte. Las últimas tácticas militares están siendo la ocupación violenta de hospitales, para impedir que los manifestantes reciban atención médica, y la toma de universidades.