El FPAN se centró este año en cómo garantizar una recuperación de la COVID-19 sostenible y resiliente y en consonancia de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Como parte de esta labor, se examinaron los progresos alcanzados en la consecución del ODS 8.
La declaración ministerial reafirma el compromiso de los Gobiernos con los ODS como “un itinerario de ámbito mundial” para responder a la pandemia y construir “un futuro mejor para todos”.
Los sindicatos acogieron con satisfacción:
- las referencias al programa de trabajo decente;
- el compromiso con la protección de los derechos laborales y la salud y la seguridad en el trabajo para todos;
- la promesa de erradicar el trabajo forzoso e infantil;
- la creación de las “condiciones necesarias para un trabajo decente para todos, incluidos quienes trabajan en la economía informal”;
- la promoción de las prácticas empresariales sostenibles;
- el llamamiento a la inversión en la economía del cuidado;
- el reconocimiento de la representación desproporcionada de las mujeres en el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, y
- la necesidad de reducir las diferencias entre hombres y mujeres en el mercado de trabajo.
Aunque la declaración desaprovecha la oportunidad de mencionar explícitamente la protección social universal, pone de manifiesto la necesidad de que todos los países amplíen la cobertura de la protección social, en particular los pisos de protección social.
La protección social universal no solo es un derecho humano fundamental, sino un componente esencial de la recuperación y la resiliencia mundiales a largo plazo que también debería ampliarse mediante el establecimiento de un fondo mundial de protección social para los países menos ricos.
En este sentido, la CSI celebró la adopción de la declaración, en la que se insta a los países desarrollados a cumplir sus compromisos en materia de ayuda oficial al desarrollo (AOD) y redoblar estos esfuerzos, y se pide un aumento del apoyo internacional y el refuerzo de las alianzas mundiales para eliminar la pobreza.
Tal y como se reconoce en la declaración, la tributación progresiva contribuye de manera fundamental a fortalecer la movilización de los recursos nacionales para luchar contra las desigualdades.
Los sindicatos apoyan firmemente el llamamiento a “una inversión inmediata en transiciones resilientes al clima, inclusivas y justas” como un elemento importante de las políticas sostenibles, inclusivas y sensibles al clima para la recuperación económica después de la crisis de la COVID-19.
Lamentablemente, aunque en la declaración se expresa el compromiso de “buscar soluciones multilaterales guiadas por la solidaridad mundial para responder a la pandemia”, no se reconoce la necesidad urgente actual de acceso universal y gratuito a las vacunas y los servicios de atención de salud para hacer frente a la COVID-19.
Los sindicatos están decepcionados ante la falta de referencia al multilateralismo inclusivo donde el diálogo social puede desempeñar un papel clave. Solo un sistema multilateral verdaderamente inclusivo donde los interlocutores sociales participan y pueden expresar su opinión marcará la diferencia y allanará el camino hacia la resiliencia mundial.
La situación dramática de los ODS exige una ambición sin precedentes y una solidaridad real. Como el Secretario General de las Naciones Unidas señaló: “[…] todavía falta un ingrediente fundamental: la voluntad política”. Por ello, necesitamos que los dirigentes mundiales prediquen con el ejemplo para convertir un nuevo contrato social en una realidad en el Decenio de Acción en pro de los ODS.