La posición adoptada por la Unión Europea respecto a Birmania no resulta suficiente

La Confederación Sindical Internacional publica hoy un informe condenatorio sobre Birmania, en el que queda patente que las sanciones internacionales y de la Unión Europea impuestas contra el régimen criminal que gobierna aquel país resultan insuficientes.

Bruselas, 29 de abril de 2008: La Confederación Sindical Internacional publica hoy un informe condenatorio sobre Birmania, en el que queda patente que las sanciones internacionales y de la Unión Europea impuestas contra el régimen criminal que gobierna aquel país resultan insuficientes. El informe ofrece argumentos para que se amplíen las sanciones al sector financiero y a la industria del gas y el petróleo, los motores económicos que contribuyen a mantener a los militares en el poder.

Sin embargo, la reunión de Ministros de la UE que tiene lugar hoy en Luxemburgo tiene previsto introducir cambios mínimos a las tímidas sanciones en vigor.

Birmania ocupó los titulares de la prensa mundial en septiembre 2007 cuando miles de monjes budistas y ciudadanos de a pie salieron a las calles manifestándose para llamar la atención respecto a la extrema pobreza y el hambre que hacían estragos entre la población. La junta militar en el poder respondió con contundencia: al menos 110 personas resultaron muertas, se registraron miles de heridos y numerosos detenidos fueron torturados o simplemente desaparecieron.

“Pingües ganancias: Gracias al comercio y a las inversiones la junta birmana continúa vivita y coleando” detalla cómo los gobiernos extranjeros, incluyendo la UE, han permitido que el régimen birmano subsista en el mayor de los lujos, permitiéndole reforzar el ejército y la policía que lo mantienen en el poder. Virtualmente todos los grandes negocios en Birmania tienen lugar a través de conglomerados propiedad del Estado, por medio de contratos que garantizan explícitamente a los generales y a sus familiares una parte de los beneficios. El gas natural representa cerca de la mitad de estos contratos, registrándose el año pasado exportaciones por valor de US$2.160 y US$472 millones en inversiones extranjeras.

Nada de todo esto llega a la población, indica el informe: el 95 por ciento de los birmanos subsiste con menos de un dólar diario. Uno de cada tres niños sufre desnutrición, una tercera parte de ellos en grado severo. El reciente aumento de los precios de los productos alimenticios ha generalizado aún más el problema del hambre, y sin embargo la negligencia del gobierno hacia el sector agrícola supone que los agricultores de este país, que un día fue considerado como “el cuenco de arroz de Asia”, cultiven mucho menos de lo que podrían producir. Pero los generales han duplicado los efectivos del ejército, se dedican a adquirir costosas nuevas armas y se destina 28 veces más al gasto en defensa que a sanidad y educación juntas.

La líder de la oposición birmana, que permanece actualmente detenida, Daw Aung San Suu Kyi, así como otras figuras de la oposición, han venido pidiendo a los asociados comerciales de su país que intensifiquen las sanciones contra Birmania, a fin de debilitar al régimen. Sin embargo, continúa prosperando el comercio con China, India y Tailandia. Países ricos, incluyendo EE UU, la UE, Australia, Canadá y Japón, han impuesto algunas sanciones, pero son insuficientes como para tener un impacto real en el contexto del floreciente comercio de Birmania con sus vecinos. Tras las protestas del año pasado, la UE prohibió las importaciones de madera, metales y piedras preciosas procedentes de Birmania, la venta de armas a aquel país, denegó visas a los dirigentes birmanos y sus familiares, y congeló parcialmente los bienes de la junta en Europa. Sin embargo, según la CSI, estas sanciones representan muy poco dado que no afectan la mayor fuente de ingresos del régimen: el gas y el petróleo. La empresa francesa Total, por ejemplo, es uno de los principales responsables del desarrollo del gas en Birmania. Por otro lado, mientras que EE UU prohíbe a su sector bancario que mantenga prácticamente cualquier intercambio con Birmania, UE no hace lo mismo.

Las sanciones renovadas que serán aprobadas por la sesión de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores del Consejo de Ministros de la UE, los días 28-29 de abril en Luxemburgo, incorporan muy pocos cambios a estas medidas tímidas, que básicamente constituyen tan sólo una forma de acallar las conciencias. En particular, no afectan las inversiones de la UE en petróleo y gas.

Unas sanciones más firmes contra la industria del gas y los servicios financieros harían realmente daño a la junta, pero no al pueblo, aduce la CSI, dado que la población birmana prácticamente no obtiene beneficio alguno de dichos sectores. La mayoría de los birmanos se dedican a la agricultura de subsistencia, y quedan fuera de la economía monetaria formal. “El impacto de las sanciones, dirigidas contra la economía formal, y concretamente contra los sectores del gas y el petróleo, sería mínimo para la inmensa mayoría de la población de Birmania”, indica el informe.

- Ver el vídeo “Represión en Birmania”
- Leer el informe completo “Pingües ganancias: Gracias al comercio y a las inversiones la junta birmana continúa vivita y coleando”
- Leer la Entrevista en Primer Plano de Maung Maung (FTUB –Birmania)
- Leer la Entrevista en Primer Plano a Thwel Zin Toe y Khin San Htwe (Birmania – Unión de Mujeres Birmanas)


La CSI representa a 168 millones de trabajadores y trabajadoras en 155 países y territorios, y cuenta con 311 afiliadas nacionales.

Para mayor información, favor de ponerse en contacto con la Oficina de Prensa de la CSI a los teléfonos: +32 2 224 0204 ó +32 476 621 018.