“Esta semana, la OIT ha asumido un compromiso histórico, acordado entre sindicatos, empleadores y gobiernos: un futuro del trabajo centrado en los derechos humanos y que cumple el contrato social consagrado en el mandato de la OIT hace cien años. La declaración es una agenda para conseguir derechos y protección para todos los trabajadores en un período en el que el mundo se enfrenta a los enormes retos del cambio climático y la transformación digital, así como para lograr un nivel mínimo de protección laboral para todos los trabajadores y trabajadoras. El nivel mínimo de protección laboral incluye a cientos de millones de trabajadores que están atrapados en la economía informal o cuyos puestos de trabajo son precarios, peligrosos o no pagan lo suficiente como para mantenerles a ellos o a sus familias. Además abarca las cadenas de suministro que utilizan la explotación y las plataformas digitales cada vez más frecuentes. El emblemático Convenio contra la violencia y el acoso en el trabajo constituye la culminación de una campaña excepcional a favor de esta nueva normativa mundial. A partir de ahora se ejercerá presión para garantizar que los gobiernos lo ratifiquen y apliquen. Gracias a estas decisiones se ha garantizado el contrato social para el futuro, consagrado en la OIT”, aseguró la Secretaria General de la CSI Sharan Burrow.
La Declaración del Centenario de la OIT sobre el Futuro del Trabajo
Debido a la aparición de nuevos modelos empresariales como las plataformas digitales que se niegan a cumplir totalmente las responsabilidades laborales y socavan cada vez más el derecho de los trabajadores a tener garantizado un empleo con un salario y unas condiciones dignas, la declaración representa una importante renovación del contrato social y hace hincapié en un nivel mínimo de derechos y protecciones para todos los trabajadores. Asimismo, exige unas medidas de transición justas para proteger y mantener los medios de vida en la transición hacia una economía libre de emisiones de dióxido de carbono y en la creciente transformación digital del trabajo. También otorga un gran protagonismo a la negociación colectiva, al diálogo entre sindicatos, empleadores y gobiernos y a las acciones transfronterizas para garantizar los derechos de los trabajadores en las cadenas de suministro, así como a la privacidad y protección de datos, la educación y la formación. Además, la declaración reconoce la salud y la seguridad laborales como elementos fundamentales para garantizar un trabajo digno. La conferencia también aprobó una resolución que traza una ruta para que la OIT otorgue a este asunto un reconocimiento formal en el marco de los derechos fundamentales de la OIT. Asimismo, exige que el sistema multilateral adopte un enfoque coherente y centrado en los derechos humanos, con la OIT en pleno centro de las políticas internacionales comerciales, financieras, económicas y medioambientales.
Nueva normativa mundial contra la violencia y el acoso
El nuevo convenio aprobado en la conferencia garantiza que el mundo del trabajo esté libre de violencia y acoso, proporcionando un impulso que se necesitaba urgentemente en la lucha para proteger a cientos de millones de trabajadores y, sobre todo, trabajadoras. Dicho convenio adopta un enfoque inclusivo que amplía la protección a todos los trabajadores independientemente de su situación contractual, incluidos los trabajadores que ejercen la autoridad de un empleador, los solicitantes de empleo, los trabajadores en prácticas, los becarios, los aprendices, los voluntarios, etc. Asimismo, el convenio deja claro que la violencia y el acoso que implica a terceros (ya sean clientes, usuarios, pacientes o ciudadanos) deben tenerse en cuenta y abordarse sin demora. Este reconocimiento es sumamente importante para los trabajadores cuyos empleos tienen que ver con el servicio al público y en espacios públicos.
La OIT evalúa los casos de violaciones de derechos en cada país
La reunión ordinaria de la Comisión de Aplicación de Normas de la Conferencia evaluó los compromisos adquiridos por los Estados miembro de la OIT relacionados con la provisión de servicios de protección social. Se trata de un asunto prioritario, ya que alrededor de tres cuartos de la población mundial cuentan con una protección insuficiente o carecen de la misma.
Asimismo, la comisión analizó el cumplimiento de los convenios de la OIT por parte de los gobiernos. Se debatió la situación de 24 de los países calificados como los peores infractores, entre ellos Turquía, Brasil, India, Kazajstán, Fiji, Zimbabwe y Filipinas, donde el gobierno de Duterte ha sido cómplice de la impunidad ante la violencia contra los sindicalistas e incluso en casos de asesinatos.
Un mensaje para los próximos cien años
“La Conferencia del Centenario ha recordado al mundo lo importante que es la Organización Internacional del Trabajo, la institución multilateral más antigua y significativa del mundo. Ofrece protección a los más vulnerables y garantiza los derechos de la clase trabajadora. En esta época con unos niveles de desigualdad de ingresos sin precedentes, una notable reducción de los espacios democráticos y un ambiente de indignación generalizada en el que las empresas tienen demasiado poder y la gente demasiado poco, la OIT constituye un importante bastión para evitar que el trabajo se convierta en una mercancía más con la que se pueda comerciar sin respetar la dignidad humana”, concluyó Burrow.