Desde abril de 2022, el Gobierno bielorruso ha intensificado la represión contra los sindicatos independientes, intimidando, deteniendo y encarcelando a dirigentes y miembros sindicales, disolviendo sindicatos por la fuerza, efectuando redadas en oficinas sindicales y confiscando bienes. Actualmente, 42 dirigentes y miembros sindicales han sido detenidos o encarcelados injustamente, y muchos otros se ven privados de sus derechos y libertades. Los que son liberados por las autoridades son tachados de “extremistas” y tratados como parias en la sociedad.
El alarmante retroceso en lo que respecta a los derechos sindicales y las libertades civiles y políticas en el país ha llevado a la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) a adoptar una resolución en virtud del artículo 33 de la Constitución de la OIT, el máximo nivel de supervisión de la OIT, para garantizar que el Gobierno cumpla las recomendaciones de una Comisión de Encuesta de la OIT.
Detenciones masivas y espurias de trabajadores
El Gobierno se ha ensañado con opositores y empleados que considera “desleales al régimen”. Un empleado de OJSC Belarusian Steel Works fue detenido y puesto a disposición judicial en Navapolatsk, acusado, entre otros cargos, de “insultar al presidente de la República de Belarús”. El 5 de febrero de 2024 se le acusó de “incitación a la enemistad o la discordia racial, nacional, religiosa o social de otro tipo”, lo que conlleva una pena de hasta cinco años de cárcel.
A lo largo de 2023 se produjeron detenciones selectivas similares, que se han prolongado durante 2024. En febrero de 2024, las fuerzas del orden detuvieron a tres empleados de Gazprom Transgaz Belarus y se les obligó a firmar una declaración en la que admitían su participación en “apoyo a sentimientos de protesta”, posesión de “símbolos de protesta” y reenvío de material procedente de canales de Telegram “extremistas”.
Dirigentes sindicales detenidos en condiciones deplorables
Desde las fraudulentas elecciones presidenciales de 2020, los presos políticos, en particular los sindicalistas, se han visto sometidos a unas condiciones de detención inhumanas. Detenidos en cárceles abarrotadas, se ven privados de artículos básicos de higiene, así como de mudas de ropa y ropa de cama, no se les permite ducharse ni respirar aire fresco, y las luces permanecen encendidas día y noche.
El 27 de diciembre de 2022, Aliaksandr Yarashuk, presidente del Congreso de Sindicatos Democráticos de Belarús (BKDP), fue condenado a cuatro años de cárcel. Actualmente se encuentra en una prisión de “régimen estricto” ubicada en Mogilev, donde permanece en una celda 23 horas al día, y solo se le permite una visita de cuatro horas y un envío postal al año.