No obstante, persisten las preocupaciones sobre los detalles, como, por ejemplo, el umbral de beneficios que activaría el impuesto, el porcentaje que se aplicaría y si la iniciativa conseguirá que las grandes empresas tecnológicas, en particular, empiecen a pagar tipos impositivos justos.
Sharan Burrow, secretaria general de la CSI, ha expresado: “Se trata de un paso en la dirección correcta, pero no va lo suficientemente lejos. Un impuestos del 15% es mucho menos de lo que la mayoría de los trabajadores pagan por la totalidad de sus ingresos. Y no se ajusta a las indicaciones iniciales de más del 20%, además de estar por debajo de los tipos del impuesto de sociedades de muchos países.
“También parece que el acuerdo fiscal separado del “pilar 1” sobre las grandes empresas solo entraría en vigor si los beneficios superan el 10%. Ese umbral es demasiado alto y además podría facilitar que empresas que llevan años engañando al erario público eludan el pago de su cuota mediante la “minimización fiscal”.
“Es absolutamente crucial que financiemos adecuadamente el proceso de recuperación y resiliencia de la pandemia, los servicios públicos vitales y la acción climática. El programa del grupo de países de la OCDE y del G20 también incluye un impuesto digital, medida que debería ser apoyada.
“Y con casi 3.000 multimillonarios en el mundo, ha llegado el momento de los impuestos sobre la riqueza, así como la asignatura pendiente de los impuestos sobre las transacciones financieras, que generarían ingresos y reducirían la especulación. Por otra parte, las medidas del programa fiscal deben complementarse con medidas sobre política de competencia. El dominio de empresas como Amazon está ahogando la competencia y las oportunidades para los demás, y deberían disolverse”.
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