Cáceres fue asesinada cuatro días después de que hubiera denunciado el asesinato de cuatro líderes comunitarios.
“Berta Cáceres era una destacada y dedicada defensora de la justicia y los derechos. Desde el golpe de Estado de 2009 en Honduras, han sido asesinados al menos 111 activistas del medio ambiente y 31 sindicalistas; y un gran número de periodistas, campesinos, personas de origen africano y profesionales jurídicos han sido objeto de incontables actos de violencia. La corrupción y el endeble sistema judicial están contribuyendo al clima de impunidad y a la intimidación de personas inocentes.
La comunidad internacional, en particular los Gobiernos de las Américas, deben cumplir con su obligación de apoyar al pueblo de Honduras. Se tiene que acabar con la impunidad, y la única vía aceptable es el regreso a la democracia en Honduras. La espantosa campaña de violencia y asesinatos tiene que terminarse. Y los perpetradores de la violencia, y quienes la han generado y permitido, deben ser juzgados como corresponde”.