A pesar de que un tribunal validó el quinto congreso de la UNTG-CS en octubre, en el que se eligió al equipo directivo actual, un grupo rebelde no autorizado celebró el mes pasado un congreso sindical paralelo y utilizó indebidamente el nombre de la UNTG-CS.
La UNTG-CS legítima presentó quejas al Gobierno contra los dirigentes del grupo rebelde por injerencia ilícita, pero este las ignoró.
El 4 de mayo, la UNTG-CS cerró sus oficinas para evitar una confrontación con el grupo rebelde y pidió apoyo policial. Sin embargo, el grupo irrumpió en los locales con el apoyo del Gobierno y se hizo con el control.
Cultura de impunidad
La CSI insta al Gobierno de Guinea Bissau a denunciar públicamente la acción ilegal del grupo rebelde, intervenir para devolver las oficinas de la UNTG-CS a los dirigentes legítimos y garantizar su seguridad.
No se pueden tolerar la cultura de impunidad y el desprecio por el Estado de derecho en Guinea Bissau. El Gobierno debe respetar su Constitución, la cual garantiza en el artículo 45 “(…) la protección adecuada de los representantes sindicales frente a toda forma de restricción al ejercicio legítimo de sus funciones”.
La injerencia del Gobierno en los sindicatos a través de representantes que se hacen pasar por sindicalistas debe parar y la comunidad internacional no debería reconocer a este grupo rebelde.
La CSI ha estado siguiendo los acontecimientos en Guinea Bissau con preocupación desde 2021 y en marzo condenó la vigilancia por el Estado de dirigentes de la UNTG-CS.