Foro Inaugural de Seguimiento a la Financiación para el Desarrollo

Entre los principales compromisos efectuados en la Agenda de Acción de Addis Abeba, que representa el tercer acuerdo inter-gubernamental que forma parte del Proceso de Financiación para el Desarrollo de la ONU, figuraba la celebración de un foro anual para revisar los progresos y adoptar compromisos adicionales con vistas a alcanzar los objetivos establecidos desde que se alcanzara el Consenso de Monterrey en 2001.

Foro Inaugural de Seguimiento a la Financiación para el Desarrollo
18-20 de abril de 2016
Sede de la ONU, Nueva York

Entre los principales compromisos efectuados en la Agenda de Acción de Addis Abeba, que representa el tercer acuerdo inter-gubernamental que forma parte del Proceso de Financiación para el Desarrollo de la ONU, figuraba la celebración de un foro anual para revisar los progresos y adoptar compromisos adicionales con vistas a alcanzar los objetivos establecidos desde que se alcanzara el Consenso de Monterrey en 2001. Durante más de una década, Organizaciones de la Sociedad Civil, así como muchos Estados miembros, sostenían que sin un espacio anual donde pudieran adoptarse ciertas decisiones, el proceso de FpD no dispondría del impulso necesario para conseguir cambios respecto al comportamiento de los Gobiernos a nivel nacional. Conviene no obstante señalar que, para llegar a un acuerdo sobre la celebración del foro anual sobre FpD fue necesario realizar algunos sacrificios en otras áreas del documento, particularmente por parte de los países del G77. No obstante, el acuerdo de celebrar un foro anual constituye en cierta medida causa de celebración.

El foro aspira a elevar el proceso de FpD a un lugar donde puedan adoptarse decisiones que influyan en las políticas sobre el terreno. Esto se concretizará en un documento de resultados/una resolución anual. Para el primer foro anual, las expectativas de una resolución/conclusión exhaustiva quedaban algo diluidas, teniendo en cuenta el poco tiempo transcurrido desde el acuerdo intergubernamental que dio paso al foro. No obstante, había cierta anticipación, al menos por parte de la sociedad civil, antes del inicio del foro, teniendo en cuenta la historia y los sacrificios que fueron necesarios para llegar hasta aquí. Lamentablemente, el foro inaugural no ha sido sino una auténtica decepción, incluso teniendo en cuenta que las expectativas no eran enormes.

Antes del inicio del foro ya se produjo una disputa entre los países del G77 y los de la OCDE respecto a la duración preferida del mismo. El G77 era favorable a un foro de cinco días de duración, mientras que los países de la OCDE insistieron en que los tres días asignados eran suficientes y estaban en línea con el acuerdo de Addis Abeba, que hacía referencia a “hasta cinco días”. Sobre este punto, podría acordarse cierta flexibilidad teniendo en cuenta que se trataba del primer foro y que aún hay mucho que aprender, no obstante, resulta preocupante que pudiera establecer un precedente permanente.

Desgraciadamente, las dificultades no terminaron ahí, y el propio foro sólo sirvió para exponer y acentuar las divisiones, ya muy marcadas en Addis Abeba. Ilustran además que el proceso de FpD se caracteriza de momento por un espíritu de desconfianza y división entre los Estados miembros, y no de cooperación y búsqueda de un beneficio mutuo. Las cuestiones relativas a la AOD se convirtieron de forma relativamente inesperada en el eje central de las negociaciones y, de hecho, hicieron que resultase imposible lograr cualquier semblanza de resolución significativa. Es algo que resulta destacable teniendo en cuenta sobre todo que la AOD en sí misma no es el tema con mayor carga política en la agenda sobre FpD, al menos si se compara con cuestiones como la IED, la deuda y cuestiones sistémicas, pero constituye un área donde los países de la OCDE pueden romper el bloque negociador del G77, aislando y presionando a los PMD. De manera que, aunque no hubiera en principio grandes expectativas de un resultado ambicioso, lo que se consiguió acordar resulta tristemente irrisorio. En comparación, en anexo encontrarán el borrador cero, que constituía el punto de partida de las negociaciones, y el documento final de resultados (el resultado acordado es el documento de cuatro párrafos).

Aparte de las negociaciones tuvieron lugar varias mesas redondas donde se trataron los temas de la Agenda sobre FpD tal como se incorporaron en Addis Abeba (la agenda ha cambiado desde Monterrey y Doha). Se tenía la esperanza de que estas mesas redondas brindasen un espacio para deliberar sobre cómo llevar a cabo los compromisos efectuados en Addis Abeba (especialmente aquellos que requerían compromisos y una labor de seguimiento específicos, como el desarrollo de directrices o la financiación mixta). Por desgracia, el foro no logró establecer el marco adecuado para dichas discusiones y las mesas redondas se asemejaron más a mini-seminarios con conexiones apenas marginalmente perceptibles con los resultados de Addis Abeba. El punto más bajo se alcanzó durante la mesa redonda sobre deuda y cuestiones sistémicas, donde apenas una decena de Estados miembros estaban presentes en la sala (debido en parte a un aparente boicot del tema por parte del bloque de la UE). Se desperdició así una valiosa oportunidad para que el foro se reafirmase como un espacio valioso para impulsar la agenda de FpD, que en cambio se limitaría a la típica palabrería. Los futuros foros deberán reajustar drásticamente el programa para permitir intercambios más orientados a políticas, con una vinculación directa a los resultados de Addis Abeba y la agenda de FpD en general, si quiere mantener el impulso inicial o el interés entre los Estados miembros.

Resulta muy difícil destacar aspectos positivos del foro, excepto el hecho de que el movimiento sindical haya podido estar directamente implicado mediante intervenciones oficiales y participando en actividades paralelas. Resulta también destacable la presencia de los Directores Ejecutivos del Banco Mundial, algo a lo que el proceso de FpD ha venido aspirando desde hace tiempo (queda por ver si volverán el año próximo). Intentando ser optimistas, este foro inaugural puede servir como experiencia de aprendizaje y al menos sabemos que los resultados y el programa global no perjudicará futuros foros.

Matt Simonds’ intervention at UN ECOSOC

Debate temático de alto nivel sobre la consecución de los ODS
Sede de la ONU, Nueva York
21 de abril de 2016

Inmediatamente después del Foro de FpD se celebró un Debate de Alto Nivel organizado por el Presidente de la Asamblea General, que se centró en la consecución de los ODS. Pese a no formar parte del Foro de FpD, las cuestiones emergentes fueron muy similares. El debate se ajustaba al calificativo de “alto nivel”, con la asistencia de numerosos Jefes de Estado, en parte como resultado de la Ceremonia de firma de la COP21 que tendría lugar al día siguiente.

El debate de alto nivel en sí mismo fue más teatro que otra cosa, donde los políticos se limitaron a pronunciar sus compromisos respecto a los ODS. Hubo, no obstante, algunos comentarios muy de agradecer a tan alto nivel, particularmente de países como Barbados, cuyo Jefe de Estado subrayó la importancia de los interlocutores sociales, haciendo referencia específicamente a los mandantes tripartitos y el diálogo social, además de invitar a todos los países a seguir este modelo en un esfuerzo por lograr trabajo decente para todos. Jeff Sachs también tuvo una brillante intervención, al dirigirse a los Gobiernos de la OCDE que afirman que no hay suficientes recursos para alcanzar los ODS por lo que se requiere la implicación del sector privado. Criticó a los Gobiernos de la OCDE por sus absurdos presupuestos militares y por hacer la vista gorda frente a la evasión y el fraude fiscal. Insistió en que el mantra “de millones a billones” que se ha convertido en una frase hecha en torno a los ODS, no es sino una distracción, y que el dinero está ya presente en una economía mundial que genera cientos de billones de dólares al año.

En paralelo con la sesión plenaria hubo una serie de “debates políticos” cuyo objetivo era profundizar en la cuestión de la implementación de los ODS. No es de extrañar que el sector privado fuese uno de los focos de atención de esas sesiones. Tampoco extrañará que no se desprendiese nada substancial de las discusiones entre el sector privado. El único resultado fueron los típicos pronunciamientos por parte del sector privado en el sentido de que está ahí para lo que haga falta y la voluntad del sector empresarial de contribuir al logro de los ODS. Sirvió esencialmente para dejar de manifiesto que todavía falta mucho para conseguir algo significativo del sector privado a nivel de la ONU, aparte de ejercicios de relaciones públicas y “atenuación de los ODS”.