Entrevista en primer plano a Diana Holland, Presidenta del Comité Femenino de la CSI

Igualdad: “Más allá de las palabras, hacen falta acciones positivas reglamentarias”

Igualdad: “Más allá de las palabras, hacen falta acciones positivas reglamentarias”

Bruselas, 13 de agosto de 2007: Diana Holland es la Presidenta del Comité Femenino de la CSI. Es sindicalista desde hace tiempo y está también a cargo de las cuestiones de igualdad en el TGWU (1), un sindicato británico que afilia a los trabajadores del transporte y de otros sectores. Diana pasa revista a las prioridades del Comité Femenino y luego nos hace partícipes de su experiencia en materia de sindicalización de trabajadoras y, más especialmente, de una categoría que a menudo se descuida, la de las trabajadoras domésticas.

¿En qué consiste el Comité Femenino de la CSI?

En el Comité Femenino de la CSI están reunidas representantes de las trabajadoras de todo el mundo, designadas por los sindicatos de cada región. En sus reuniones anuales también participan las personas encargadas de las cuestiones de género dentro de las Federaciones Sindicales Internacionales (FSI). También tiene un vínculo con la Comisión Sindical Consultiva (TUAC-CSC) ante la OCDE (2).

Una de las finalidades que persigue el Comité es reforzar la posición que ocupan las mujeres en los sindicatos, apoyar la afiliación sindical de las mujeres en todo el mundo y su participación en los cargos ejecutivos. También queremos velar para que la CSI refleje correctamente las cuestiones que revisten especial importancia para las trabajadoras. Representantes del Comité Femenino asisten a las reuniones del Consejo General y del Buró Ejecutivo de la CSI a fin de asegurarse que esos órganos se ocupen de nuestras prioridades.

Queremos asimismo reunirnos en el plano internacional para hacer nuestro aporte a organizaciones como la OIT, a fin de que también allí se hagan escuchar las voces de las trabajadoras. Por ejemplo, es necesario que en el Grupo de los Trabajadores de la OIT haya un porcentaje mayor de mujeres.

¿Qué acciones llevará a cabo el Comité en el futuro?

Al estar este Comité dando recién sus primeros pasos, en primer lugar tenemos que arraigarlo firmemente en la nueva CSI. En segundo lugar, tenemos un programa de acción para respaldar la afiliación de mujeres y promover la igualdad entre los géneros dentro de los sindicatos. Queremos que haya consenso entre todas las organizaciones afiliadas con respecto a este programa.

Continuaremos elaborando una carta para las mujeres, principalmente con directrices referentes al acoso sexual y a la violencia contra la mujer. Esta carta se discutirá en nuestra próxima reunión, en 2008, y se referirá a los derechos fundamentales y las libertades de las mujeres de todo el mundo. Será un texto unificador que ayudará a las mujeres, tanto en los sindicatos como en los lugares de trabajo.

Además, luchamos por los derechos relacionados con la maternidad. Queremos que más países ratifiquen el Convenio núm. 183 de la OIT sobre la protección de la maternidad y denunciar la discriminación de que se hace objeto a la mujer cuando está embarazada o cuando tiene hijos. Éste es un problema que tenemos las mujeres en todo el mundo y en algunos casos se cometen abusos terribles.

¿Qué opina del objetivo inicial de un 30 por ciento de participación de mujeres en las reuniones sindicales internacionales, cuando las mujeres representan el 40 por ciento de los miembros de la CSI y el 50 por ciento de los trabajadores del mundo?

El objetivo es llegar a una paridad, es decir, 50 por ciento de hombres y de mujeres. No obstante, reconocemos que es necesario avanzar por etapas para pasar de la situación que teníamos hasta llegar a la que aspiramos. Vamos a reflexionar sobre esto, principalmente en nuestra reunión de 2008, ya que eso podría implicar propuestas de cambio para el próximo congreso de la CSI. Pero si bien anhelamos que haya un auténtico compromiso con la paridad, también queremos determinar cuáles son las verdaderas barreras que impiden el avance de las mujeres y derribarlas. Se necesita por tanto acciones a todos los niveles, no sólo en el plano internacional.

¿Son iguales las barreras en todo el mundo o varían mucho de una región a otra?

Hay y seguirá habiendo diferencias pero muchas de las barreras que originan discriminación son las mismas. La falta de representación de mujeres en las ejecutivas sindicales es una barrera que existe en todo el mundo. En el plano internacional, es todavía mucho más difícil contar con la cantidad necesaria de mujeres ya que, en ese nivel, los representantes tienden a ser los miembros más antiguos de los sindicatos.

Otro tipo de obstáculos tiene que ver con la cuestión de las responsabilidades familiares, que atañen tanto a los hombres como a las mujeres pero que se deberían repartir de manera más equitativa entre ambos.

Muchas veces, aún cuando una delegación que asiste a una reunión sindical internacional es paritaria, sigue estando presidida por un hombre que, por lo tanto, es el principal orador, y recién después por una mujer, que quizás tenga un puesto en el sindicato pero carece de autoridad para imponer sus prioridades…

En las reglas del Comité Femenino se estableció claramente que las representantes deben ser mujeres con experiencia en el ámbito de la representación de otras mujeres y en la lucha en pro de la igualdad, activas en sus sindicatos y con cargos apropiados en el ámbito de las cuestiones que deberán defender. El empeño en procurar que participen mujeres no se debe únicamente al deseo de que lo hagan porque son mujeres sino también porque son capaces de trasmitir eficazmente los deseos de las trabajadoras y trabajadores y para elaborar las mejores soluciones pueden contar con la experiencia de toda la mano de obra, no solamente de una parte de ella. Si dejamos de lado la experiencia de la mitad de los trabajadores del mundo, nuestro movimiento sindical tendrá mucho menos fuerza de la que podría tener.

¿Cómo se llevó a cabo la sindicalización de mujeres en su organización?

Hace 20 años que trabajo promoviendo la problemática de géneros en los sindicatos. Una de las lecciones que hemos sacado es que para derribar los obstáculos que impiden que haya una buena representación de mujeres es necesario llevar a cabo acciones positivas, incluyendo adoptar disposiciones reglamentarias, porque cuando se instauran únicamente mecanismos voluntarios, no se consigue cambiar la situación. La experiencia nos mostró que cuando se proclama la igualdad entre los hombres y las mujeres, en la práctica, esto no se traduce en igualdad de oportunidades para las mujeres. Para lograrlo se necesitan acciones positivas y éstas no se aplican realmente si no están estipuladas en los reglamentos. Además, es importante que cuando hay estructuras de mujeres, éstas no se limiten a brindar asesoramiento sino que tengan la misma autoridad de los demás comités del sindicato.

En Gran Bretaña, el número de efectivos afiliados a los sindicatos disminuyó debido a los sistemáticos ataques gubernamentales contra el movimiento sindical. Comprendimos entonces que debíamos encarar la sindicalización de otra manera, llegar a los trabajadores que no tenían grandes tradiciones sindicales, abarcando entre ellos a muchas mujeres que realizan tareas como limpieza, suministro de alimentos y bebidas, cuidado de niños y de personas de edad... Elaboramos nuevas estrategias para llegar a ellas. Por mi parte, participé en campañas para representar a las trabajadoras domésticas inmigrantes. La explotación y los abusos de los que se las hacía víctima eran horribles, al punto de poder calificarlos de esclavitud moderna.

¿Pudieron ayudar a esas trabajadoras domésticas?

Cuando en 1997 fue elegido un gobierno laborista, una de las primeras medidas que tomó fue modificar la situación de casi esclavitud de las trabajadoras domésticas inmigrantes, reconocer sus derechos. Eso se hizo como resultado de una de nuestras campañas. Lamentablemente, ahora tenemos que hacer otra campaña para proteger esos derechos porque se está ejerciendo presión para que se promulgue una nueva ley sobre la inmigración que socavaría lo obtenido en 1997.

Lo que las trabajadoras domésticas esperan de un sindicato difiere de lo que esperan las demás categorías de trabajadores. Como es natural, ellas no pueden contemplar hacer una negociación colectiva con sus empleadores. Quizás obtengamos en el futuro un convenio colectivo nacional pero, por ahora, todavía estamos en la etapa de las relaciones individuales. Lo que necesitan es una fuerza sindical, sentir que pertenecen a una organización y que cuentan con el apoyo de centenares de miles de trabajadores y trabajadoras.

Un carné sindical les da a las trabajadoras domésticas inmigrantes una identidad porque a menudo ésta les ha sido arrebatada, ya sea porque sus empleadores les retienen los pasaportes o porque la situación en que están en el país las priva de derechos individuales como trabajadoras.

¿De qué manera comenzó su sindicato a ponerse en contacto con esas trabajadoras domésticas? Es difícil, porque trabajan en domicilios particulares...

En realidad, son ellas las que se pusieron en contacto conmigo. Me invitaron a una de sus reuniones. Me explicaron su situación y después ¡me pusieron un micrófono en la mano y me preguntaron qué podía yo hacer! Tomamos entonces como punto de partida la organización que ya tenían esas trabajadoras domésticas inmigrantes. Pensamos de qué manera podía establecerse una colaboración con los sindicatos. Tuvimos que adaptar nuestra manera sindical de funcionar. Por ejemplo, en lo concerniente a la recaudación de las cotizaciones, hay un sistema de personas que se ocupan de cobrar porque muchas de esas trabajadoras no pueden tener cuenta en el banco.

Al comienzo, lo fundamental era hacer campañas con esas trabajadoras domésticas inmigrantes para que se les reconocieran sus derechos. Cuando esa campaña consiguió sus fines, se planteó la representación de manera distinta. Representantes del sindicato van a los centros comunitarios donde se reúnen habitualmente muchas trabajadoras domésticas y ellas pueden solicitarles asesoramiento.

¿Existe una colaboración en el plano sindical internacional?

Durante la última reunión del Comité Femenino de la CSI nuevamente se estimó que la cuestión de la representación de las trabajadoras domésticas y más especialmente de las inmigrantes reviste prioridad en todo el mundo. La OIT también debe ocuparse de esta cuestión. Un elemento alentador es que durante su último congreso, la UITA (3) consagró toda una sesión del mismo a las trabajadoras domésticas. El intercambio de opiniones que tuvo lugar durante esa sesión mostró claramente que en numerosos países se cometen los mismos abusos. Se hicieron propuestas para que se informe mejor a las trabajadoras domésticas migrantes los derechos que tienen en los países de destino, las realidades de esos países, los contactos que pueden tener con los sindicatos o comunidades que pueden ayudarlas... Con respecto a esto, nuestro sindicato coopera con el movimiento sindical filipino y queremos establecer contactos de ese tipo con otros países.

En Gran Bretaña conseguimos que cuando las trabajadoras domésticas inmigrantes llegan al país, se les entreguen documentos donde figura una referencia a nuestro sindicato y a Kalayaan (4).

¿Qué servicios brindan ustedes en la práctica?

Trabajamos con su organización, denominada Kalayaan, y les brindamos cursos de informática y de idiomas. Se han impartido cursos de formación para algunas trabajadoras domésticas inmigrantes a fin de que actúen como representantes sindicales y promuevan la formación de otras trabajadoras domésticas inmigrantes. También hemos participado en campañas contra las deportaciones.

Muchas trabajadoras domésticas inmigrantes quieren aprovechar nuestra experiencia y confianza para negociar con las autoridades. También desean que las ayudemos a que se las escuche más. Esto es muy importante porque la mayor parte del trabajo que realizan esas mujeres en todo el mundo no se ve, el trabajo doméstico es el que tiene menos visibilidad.

¿Resultó complicado convencer a los demás miembros del sindicato de que era necesario llevar a cabo este tipo de tarea?

No hubo una verdadera oposición pero la verdad es que si lo hubiéramos planteado en términos de prioridades, no se la hubiera colocado en primer lugar. Los sindicatos están compuestos por personas que se unen y procuran tener una fuerza colectiva para originar un cambio. Exactamente lo mismo ocurre en el caso de las trabajadoras domésticas inmigrantes. Llevamos a cabo una serie de reuniones periféricas cuando la central sindical TUC (Trades Union Congress) y el Partido Laborista organizaron sus conferencias. En esas reuniones las trabajadoras domésticas inmigrantes pudieron hacer uso de la palabra. A las mismas asistieron muchos altos dirigentes sindicales. La fuerza de las mujeres hablando de sus experiencias realmente sacó a relucir la importancia de la campaña y a partir de ese momento ya nadie se planteó si era o no una cuestión prioritaria.

Entrevista realizada por Samuel Grumiau

(1) Transport and General Workers’Union

(2) Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación, la Agricultura y Afines (UITA)

(3) TUAC

(4) Kalayaan

La CSI, fundada el 1 de noviembre de 2006, representa a 168 millones de trabajadores de 153 países y territorios y cuenta con 305 afiliadas nacionales. Sitio web: http://www.ituc-csi.org.

Para mayor información, favor de ponerse en contacto con la Oficina de Prensa de la CSI a los teléfonos: +32 2 224 0204 ó +32 476 621 018.