Desde entonces, los ataques del Grupo de los Empleadores se han extendido también a otros convenios. Con objeto de reafirmar la existencia del derecho de huelga y salvaguardar el sistema de control de la OIT, la CSI y el Grupo de los Trabajadores consideran que no queda otra opción que solicitar la intervención de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), tal como establece la Constitución de la OIT.
No obstante, para ello se necesita contar con el apoyo de la mayoría de los miembros del Consejo de Administración. En los últimos meses, afiliadas de la CSI en todo el mundo han venido ejerciendo intensas presiones sobre sus Gobiernos instándolos a refrendar que se remita la disputa a la CIJ y esos esfuerzos están dando fruto. Cada vez son más los Gobiernos que se han sumado a los trabajadores solicitando una opinión consultiva de la Corte, de manera que podamos recuperar una base legal más sólida del tripartismo, que se perdiera en 2012.