Día Mundial contra el Racismo y la Xenofobia 2010

La CSI quiere aprovechar la oportunidad del Día Mundial contra el Racismo y la Xenofobia para recordar que el racismo y la xenofobia constituyen violaciones graves a los derechos humanos, y para instar a gobiernos, empleadores y sindicatos de todo el mundo a que promuevan el respeto por la diversidad y la interacción multicultural, a que luchen activamente contra la discriminación en base al origen étnico, la nacionalidad o el color de la piel, y a que estén aún más alertas en estos tiempos de crisis económica mundial que generan caldo de cultivo para expresiones extremas e ilimitadas de racismo y exclusión social así como una mayor tolerancia social al respecto.

La crisis económica sigue siendo muy destructiva en términos de empleo. El respeto por la diversidad en el lugar de trabajo es esencial, sobre todo cuando en la sociedad prevalecen brechas considerables, como es la discriminación en el mundo del trabajo.

La discriminación en el trabajo es una de las principales formas de discriminación racial. Mientras los sindicatos luchan por el trabajo decente para todos, los trabajadores migrantes son con demasiada frecuencia víctimas de la discriminación. Italia ha sido hace poco escenario de incidentes extremadamente violentos contra trabajadores migrantes, en particular en la ciudad de Rosarno, claro indicativo de la creciente xenofobia y tendencias racistas que persisten en determinadas partes de Europa. “La situación de estos trabajadores en Italia y el abuso, la discriminación y la explotación es un recordatorio alarmante de que el racismo sigue siendo un mal generalizado”, declaró el Secretario General de la CSI, Guy Ryder.

En Tailandia, un gran número de trabajadores migrantes se enfrentan a detenciones y a la deportación forzosa. La mayoría son deportados a Birmania, donde es probable que se encuentren con una rigurosa represión por parte del régimen militar.

El racismo, la discriminación y la xenofobia permiten además que la esclavitud persista en el África Occidental, donde determinadas castas siguen estando esclavizadas por sus tradicionales amos y señores, y donde nuevas variantes, como el trabajo en condiciones de servidumbre y la trata de personas, se propagan rápidamente a causa de la globalización desinhibida.