En lugar de seguir permitiendo que los intereses corporativos dominen la toma de decisiones, la declaración del L20 exige una transición justa rápida, coordinada a escala global y dirigida por los Gobiernos para combatir el cambio climático.
La insuficiencia crónica de inversión en la economía real y la manipulación de los precios por parte de las corporaciones han creado una crisis del costo de la vida, en la que los trabajadores y las trabajadoras soportan una parte desproporcionada de la carga. Los niveles históricos de desigualdad e injusticia social han erosionado la confianza en la democracia y son un obstáculo al crecimiento mundial.
El movimiento sindical internacional insta a los Líderes del G20 a dar prioridad a la protección y la promoción de los derechos laborales. Los salarios justos y suficientes, la negociación colectiva, la protección social y el trabajo decente son elementos esenciales de un nuevo contrato social destinado a la recuperación y la resiliencia.
Los Líderes deben actuar en favor de los derechos de los trabajadores y trabajadoras de la economía informal, los solicitantes de asilo y los trabajadores migrantes, las mujeres, los trabajadores jóvenes y tomar medidas urgentes para eliminar el trabajo forzoso y el trabajo infantil.
La presidencia india del G20 debe caracterizarse por la consecución de objetivos de alcance global y la coherencia entre las distintas agendas. El L20 hace un llamamiento para la reestructuración de las instituciones financieras internacionales y la reconversión de la arquitectura financiera internacional al servicio de una transición justa hacia la neutralidad de carbono, el desarrollo sostenible y la inversión en la economía del cuidado y los servicios públicos.