Da inicio en Vancouver, Canadá, el Segundo Congreso Mundial de la CSI: Ahora los pueblos - de la crisis a la justicia global

El Segundo Congreso Mundial de la CSI fue oficialmente inaugurado hoy en Vancouver, Canadá. Más de 1.400 delegados/as de todo el mundo debatirán el futuro del movimiento sindical en torno al tema "Ahora los Pueblos -–De la crisis a la justicia global". Con un total de 312 organizaciones afiliadas, en representación de una membresía total de 175 millones de trabajadores y trabajadoras procedentes de 155 países y territorios, la CSI, tras cuatro años de existencia, es indiscutiblemente la voz global del sindicalismo en estos tiempos de crisis económica y financiera.

El Congreso de la CSI centrará sus debates en diversos temas, como la crisis financiera y económica mundial, y considerará resoluciones sobre paz, juventud, derechos humanos y sindicales e igualdad. Los delegados del Congreso abordarán cuestiones relativas a las reivindicaciones de los trabajadores/as por la reestructuración y la reforma de la economía mundial, poniendo énfasis en temas como los derechos de los trabajadores, los trabajadores migrantes, el cambio climático y el VIH/SIDA.

Entre los ponentes y panelistas previstos en el Congreso figuran Dominique Strauss-Kahn, Director Gerente del Fondo Monetario Internacional; Pascal Lamy, Director General de la Organización Mundial del Comercio; Helen Clark, Directora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo; la Presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner; y Kari Tapiola, Director Ejecutivo de la Organización Internacional del Trabajo.

El Canadian Labour Congress (CLC), que representa a 3,2 millones de miembros, es el anfitrión del Congreso de la CSI. El Presidente del CLC, Ken Georgetti, recordó a los delegados que la provincia de Columbia Británica cuenta con un "orgulloso y activista historial de sindicalismo". Propuso que esas tradiciones de solidaridad sindical sirvan para frenar a los directores ejecutivos y a los bancos, para los cuales "la avaricia pasa por delante de la necesidad", y que provocaron esta recesión global; y quienes están ahora presionando a los Gobiernos para que emprendan "una absurda reducción del déficit" en vez de proteger los puestos de trabajo y los servicios públicos.

En un discurso retransmitido en directo desde Nueva York, George Papandreou, Primer Ministro de Grecia, habló de los actuales problemas económicos de su país y señaló que Grecia no tiene un fastuoso sistema de bienestar social, como ciertos comentaristas conservativos han afirmado, sino que la crisis proviene de una mala gestión económica. "Durante esta crisis, los sindicatos tienen que luchar más que nunca por los derechos de los trabajadores, por el desarrollo sostenible y por un orden mundial justo", dijo Papandreou. También abogó por la creación de un impuesto a las transacciones financieras (ITF) a fin de disponer de los ingresos necesarios para la creación de empleo, una economía verde y la asistencia al desarrollo, y para ayudar a "controlar la especulación destructiva".

La Presidenta de la CSI, Sharan Burrow, indicó que los sindicatos habían advertido a los responsables de la toma de decisiones mundiales sobre los peligros que suponían los desequilibrios globales y la falta de regulación para refrenar la avaricia corporativa mucho antes de que el sistema financiero mundial estuviera al borde del colapso en 2008. Los líderes políticos reconocieron en un primer momento la necesidad de reequilibrar la economía global y de situar el empleo en el corazón de la recuperación económica, pero durante los dos últimos meses "uno tras otro los gobiernos europeos se han visto forzados a precipitarse de manera prematura y suicida adoptando medidas de austeridad a fin de apaciguar unos mercados financieros temerarios". La posibilidad de una recesión secundaria ha dejado de ser una posibilidad para convertirse en una probabilidad.

"Nadie discute que la consolidación fiscal no sea importante con el tiempo", dijo Burrow, "pero no cabe duda de que el momento escogido para ello resulta crítico y que requiere una estrategia de crecimiento que pueda absorber la deuda, sin atacar los medios de subsistencia y el nivel de vida de los trabajadores y trabajadoras, y de hecho sin la amenaza de mayor inestabilidad económica".” Rechazó el enfoque de los que volverían a las fallidas políticas del "Consenso de Washington" de los años 80 y 90, y apoyó en cambio las opciones políticas alternativas presentadas por el movimiento sindical mundial, que consisten en un crecimiento basado en los ingresos, en una mejor protección social, empleos verdes, inversión en la educación e investigación, y la protección de los derechos de los trabajadores y trabajadoras.

El Director General de la OIT, Juan Somavia, en un mensaje trasmitido en su ausencia, declaró que "los sindicatos son una parte indispensable de la economía y de la democracia"”y que "el mundo necesita los sindicatos fuertes que todos ustedes están construyendo más que nunca", ya que recuerdan a los responsables políticos "la necesidad de centrarse en el déficit social" y no exclusivamente en los déficits fiscales.

Durante el último día de deliberaciones, el viernes, está previsto que el Congreso elija a la nueva directiva de la Confederación para los próximos cuatro años.